Poco a poco, en su teatro natural, se va mostrando lo que será la principal contienda en las próximas elecciones. La tramoya periodística, representando a la derecha como única interlocutora válida, produce el casting de sus candidatos, intentando revivirlos.
El Ab. Álvaro Noboa queda reducido a su tragicómico capricho, en busca del poder, como siempre acompañado de “Don Dinero” y de algunos empleados de sus empresas, que lo siguen por obvias razones.
El coronel Lucio Gutiérrez sigue afirmando que, con él, el país estaba mejor, cuando la realidad indica que una parte del Ecuador lo expuso y nadie movió un solo dedo por defenderlo.
La oligarquía y su maquinaria periodística, como siempre inteligentes pero crueles, se ríen del cuento del Coronel; quien afirma que el día del derrocamiento, en la terraza de Carondelet, fue obligado a subir al helicóptero, cuando los videos muestran al Coronel solo y en fuga, tan desesperado por subirse al aparato que casi se cae en el intento.
Con este tristemente cómico marco decorativo, el único chance de la derecha comienza a mostrarse; como un producto del marketing político, no es más que un lobo vestido con piel de oveja.
Es don Guillermo Lasso, el banquero que hace tiempo se estrenó en la política y formó parte de los gobiernos de Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez, ahora simplemente se declara inocente de todas las atrocidades, que se cometieron a favor de los bancos y contra el pueblo.
Don Guillermo dice que es el líder de los emprendedores, pero anuncia -copiando a este gobierno de los ciudadanos- que aumentará el bono de desarrollo humano. Don Guillermo afirma que es un hombre de principios, que quiere hacerlo todo bien, cuando los bancos no han podido hacerlo en más de cien años de historia; al contrario, destruyeron a miles de personas con el feriado bancario. Don Guillermo reconoce que este Gobierno ha hecho muchas cosas útiles y que él las mantendría, de llegar a la Presidencia; claro, copiar es más fácil y es más fácil aún solo hablar, porque lo difícil es hacerlo; lo contrario solo es una mentira.
El trabajo y las obras de Rafael Correa son el producto de profundas convicciones y de la capacidad para lograrlo, es toda una vida preparándose para trabajar por el país y, sobre todo, por los más necesitados.
Siendo esto lo más notable de Correa, nunca pierde de vista la necesidad del pueblo. Por eso, mientras más personas lo ayudemos, mientras más participemos honestamente, será más fuerte. No solo una persona, sino todo el país que queremos su desarrollo y bienestar.
Atentamente
Ney Mancheno Dueñas