El profesor de literatura repetía una y otra vez este refrán, para denostar al estudiante que incumplía la tarea de leer algún capítulo de una obra literaria. El refrán era el peor agravio que un alumno podía recibir y se esmeraba por no escucharlo.
El día de hoy el Presidente de la República, Rafael Correa, decidió “perdonar” a delincuentes sentenciados por injuriar, mentir y coadyuvar en el cometimiento de estos delitos, demostrando liderazgo, no solamente en su trabajo, sino en su ética y magnanimidad.
Lo honorable e inteligente hubiese sido que los sentenciados, abogados y medios de comunicación “libres e independientes” ofrecieran no volver a cometer los mismos desafueros y conducirse con profesionalismo e idoneidad.
No obstante, a los pocos minutos fueron entrevistados los delincuentes y sus abogados, por los medios “libres e independientes”, quienes sostuvieron que el perdón es fruto de la lucha por la libertad de expresión y es un triunfo de la prensa. ¡Cuánta miseria humana y cretinismo!
Nos demuestran, una vez más, que los medios libres e independientes y sus títeres no están dispuestos a rectificar, que el “perdón” les resbala y que las margaritas echadas a los cerdos de nada les servirá.
La ciudadanía estaremos atentos a los nuevos y continuos ataques de la prensa corrupta, dispuestos a contestarles con la ley, para evitar que el “perdón” sea un error imperdonable.
Luis Torres Rodríguez
C.C. 1703257657