Sobre los asaltos a estudiantes y otras irregularidades dentro del colegio Simón Bolívar, sin duda, la información de Carola Cáceres cumple con las exigencias para calificarla de ejemplar, abriendo la posibilidad de una investigación para sancionar a los responsables que han hecho del plantel una cueva de corrupción desde hace 30 años.
Los honestos bachilleres técnicos de ayer y solventes profesionales de hoy, unidos a los estudiantes actuales, deben demostrar que su formación ciudadana está latente para emprender la impostergable cruzada de reconquista de los valores bolivarianos inconfundibles del bienestar cultural, científico-tecnológico y el trabajo productivo, dejando fuera a los usufructuarios de la partidocracia que merecen la cárcel.
En consecuencia, las autoridades, representantes, profesores y alumnos (hombres y mujeres), especialmente los coordinadores, deben hacer uso de su habilidad lógica y verbal, que son bases del pensamiento que se construye con la educación en sus diversas etapas.
El cerebro no necesita barreras sino símbolos, no requiere elevar las paredes del cerramiento institucional sino ideas elevadas del buen vivir sobre la base de honestidad en el ejercicio de las libertades amparadas en la justicia.
No eleven las paredes cerebrales. Despejen el cerramiento educativo.
¡Que Dios nos proteja!
Atentamente
Dr. Alfonso A. Escobar Chávez