La libertad de expresión  es un patrimonio de todos los seres libres. Sin libertad de expresión plena es imposible la democracia. Este derecho no pertenece solamente a los periodistas o a los medios de comunicación.

Es un valor supremo de toda la sociedad y debemos preservarlo para que la sociedad misma prevalezca en su espíritu libérrimo.
Ecuador tiene como faro que ilumina el ejemplo de pensadores libres como Eugenio Espejo y Juan Montalvo.

El primero luchó por nuestra independencia. El segundo desnudó con su pluma y su lenguaje duro a las tiranías que intentaban acallar el pensamiento libre.

Hoy en día el ejercicio del periodismo y el pensamiento libre en el Ecuador goza de mayor amplitud y mejor escenario de expresión diversa, plural y universal, pues ya no solo existe una corriente de opinión que se sentía dueña de la verdad para sacar o poner mandatarios, sino que se puede escuchar también la otra cara de la moneda que expresa sus ideas y provoca una reflexión sana en toda la sociedad.

En Ecuador hoy en día se respira libertad. Los monopolios de información que defendían intereses propios y ajenos a los intereses del pueblo y del Estado se sienten amenazados por el despertar del ciudadano común y corriente que hoy escucha, compara, discierne y escoge a quién creer.

Hablar de censura o autocensura suena a burla en los millones de ecuatorianos que no recibieron nada durante el paso de los gobernantes de turno. Mentiras y engaños fue lo que se convirtieron las promesas que le hacían al pueblo.

El proyecto de Ley de Comunicación garantiza la libertad de expresión, pero con un adicional importante que es el respeto que debe existir hacia la dignidad y buen nombre de las personas. Al momento de elaborar una información, es primordial tomar esto en cuenta para no caer en calumnias, atropellos, desinformación y oscuros intereses amparados en una libertad de prensa, que se había convertido, lamentablemente, en ciertos casos, en libertad para injuriar.

La ciudadanía en general en el Ecuador entra a diario a las plataformas digitales y a redes sociales, abriendo el abanico de la información, más allá de los medios tradicionales. Según las cifras de la consultora Cobertura Digital, en nuestro país hay más de 400.000 cuentas en Twitter y más de 4 millones de usuarios de Facebook.

El Twitter se ha convertido en una ágora virtual donde las personas pueden expresar con libertad casi absoluta sus ideas y pensamientos. Este es el Ecuador actual, donde unos pocos se ven amenazados en sus mezquinos intereses, e intentan trasladar sus miedos a otros azuzando la idea de que se quiere acabar con la libertad de expresión.

Al celebrar el pasado 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, declarado por las Naciones Unidas, me permito recordar lo que Juan Montalvo dijo en su momento: “Hay plumas que se convierten en puñales para los que siempre dicen la verdad… Pero existen plumas que se convierten en cuchara para satisfacer el hombre servil”.

Martín Villegas Cruz
Vicepresidente Colegio de Periodistas del Guay