Yaku Pérez: “Sería un crimen terminar con la dolarización, nos guste o no ha dado estabilidad económica”
Abogado y docente universitario, es uno de los líderes más importantes del movimiento indígena. Fue elegido prefecto del Azuay en los comicios de 2019, ha sido presidente de la Ecuarunari (2013-2019) y presidente de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas.
Nació en Cuenca en 1969, es de la nacionalidad quichua-cañari, ha escrito seis libros y toca el saxofón desde niño. Lleva años de lucha por los derechos de los indígenas y es defensor de la naturaleza. Fue detenido en tres ocasiones durante manifestaciones en contra del gobierno de Rafael Correa.
Es viudo y tiene dos hijas. Participó activamente en las marchas de octubre de 2019 que buscaban la derogatoria del decreto 883. Su consigna era mantenerse en la movilización hasta que el Presidente (Lenín Moreno) se retractara en su decisión de eliminar los subsidios a los combustibles.
El candidato presidencial por Pachakutik conversó con El Telégrafo sobre su programa de gobierno: economía, dolarización y desempleo; lucha contra la corrupción, vivienda, educación, salud, género y ambiente.
Usted siempre ha defendido al sector agropecuario, ¿qué propone para ello?
La base económica de nuestro programa de gobierno está sustentada en todo el sector agropecuario porque garantiza la seguridad alimentaria para nuestro pueblo y hay la posibilidad de exportar todo el excedente de esos alimentos. Dejar de ser importadores, actualmente el 97% del trigo, que sirve para la elaboración del pan y fideos, proviene de EE.UU. y Canadá.
¿Por qué impondría una austeridad fiscal?
La austeridad fiscal implica reducir los sueldos, desde el presidente a los ministros y autoridades de cortes, superintendencias y contralor.
También disminuiremos el número de asambleístas a la mitad y eliminaremos algunas de las instituciones porque no tienen sentido: el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el Consejo de la Judicatura, el Tribunal Contencioso Electoral, la Agencia Nacional de Tránsito, entre otros. Hay un ministerio con ocho subsecretarias, hay más de 30 empresas públicas y solo cuatro dan utilidades, el resto están en la quiebra. Se necesita una reingeniería a esas empresas.
¿Seguirá con la dolarización?
Sería un crimen terminar con la dolarización, nos guste o no, porque ha dado estabilidad económica al país y confianza a muchos sectores. Nos permitirá bajar las tasas de intereses en la banca privada y pública, en Suiza o Japón, en la Unión Europea y en países dolarizados como Estados Unidos y Canadá, no pasan del 2% anual. No es justo que en Ecuador estén sobre el 15% y lleguen hasta el 20%. Tienen que bajar las tasas de interés a esos valores, de lo contrario abrimos las puertas a bancos internacionales y ellos vendrán a establecerse en este país, generarán competencia y bajarán automáticamente esas tasas.
Con ellos dinamizaremos la economía, en las reuniones que he mantenido con sectores sociales y productivos de Ecuador no quieren regalos, ni un Estado asistencialista o paternalista, quieren créditos a tasas de intereses razonables: al 1% y el 2%, hay que volver sujetos de créditos a los campesinos, a los pequeños y medianos emprendedores.
El desempleo es uno de los principales problemas en este país. ¿Cuál es su propuesta de gobierno para resolver este problema?
Para ello crearemos las 500.000 unidades productivas que pueden emplear por lo menos a cinco personas cada una. En cuatro años podríamos mantener a alrededor de 2’000.000 de personas activas trabajando. A esas unidades productivas habría que darles crédito a cinco años plazo y sin intereses.
La pobreza no se combate con discursos, sino con riqueza, la única manera de salir de ella es generando empleo. Eso no lo decimos nosotros, sino que salió de algunos países como Corea del Sur, Singapur, Finlandia y otros.
Usted ha puesto la lucha contra la corrupción como uno de los temas fundamentales en su programa de gobierno. ¿Qué plantea para ello?
Luchar contra la corrupción de manera implacable y para eso es necesario reformar el Código Orgánico Integral Penal (COIP) para imponer un gravamen a aquellos que cometen estos delitos. Y ese dinero recuperado sea destinado a salud, educación.
Es necesario hacer un convenio con la ONU y la OEA, hay que garantizar la independencia de la justicia, que los jueces no sean cooptados y tengan toda la libertad para juzgar a cualquier funcionario de Estado.
También dar ejemplo de honestidad, no puede ser que roben los altos funcionarios. En Azuay inauguramos la honestidad y ese es un buen ejemplo que se requiere aplicar en todo el país. Así tendremos $5.000 millones que se van cada año en corrupción, a través de aduanas y de la evasión de impuestos.
Además, proponemos reformas fiscales: los que más tienen deben dar más. Por ejemplo, hay que crear una ley que posibilite gravar a todos los que tienen recursos en los paraísos fiscales. Eso es por sanidad pública, no es posible que esos capitales se generaron en Ecuador, con el esfuerzo de mano de obra ecuatoriana, estén depositados en esos paraísos. Según estudios de la Universidad Central, se calcula que hay más de $70.000 millones afuera del país y en paraísos fiscales.
"El Estado multinacional es único, pero en mucho de los campos debe tener el espacio para las nacionalidades, en la Corte Nacional, la Asamblea. Hay que valorar la auténtica justicia indígena, no el linchamiento, no la justicia por mano propia, no la justicia callejera. Es la que juzgan las autoridades comunitarias, respetando el debido proceso y el derecho a la defensa. Hay que delimitar, que nunca lo hizo la Asamblea, entre la justicia y la justicia indígena".
"Mi primer decreto será solicitar consulta popular para que los ciudadanos se pronuncien si Ecuador debe ser declarado territorio libre de minería, sobre todo, en zonas sensibles. Eso no significa que algunos proyectos en marcha se detendrán porque nos llegarían demandas internacionales. Sin embargo, tendrán que cumplir rigurosas estándares ambientales y sociales".
Usted propone un programa masivo de vivienda, ¿en qué consiste?
Queremos llegara a 1’000.000 de casas, a través de una alianza público-privada-comunitaria. Creemos que podremos construir viviendas en un mes con mingas para los bloques, tejas y cerámicas, y en los próximos días mostraremos el modelo de casa.
¿Usted está a favor del libre ingreso a las universidades?
En educación necesitamos una reforma a la Ley de Educación Intercultural para la reapertura de las escuelas que cerró Rafael Correa. También cambiaremos la malla curricular y enseñaremos la ética y los valores como hizo Singapur, por ejemplo.
Además, tenemos el plan de educación decenal porque es a largo plazo, queremos que cada bachiller aprenda a tocar un instrumento musical, un arte u oficio y que desarrolle el hemisferio izquierdo, de la sensibilidad, y no se quede solo con el hemisferio de la racionalidad.
Hay que incrementar los institutos técnicos y tecnológicos. Finalmente se requiere una reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior, que permita democratizar el cogobierno en las universidades y siga las reformas de Córdoba de 1918, en Argentina, entre las que está el libre ingreso.
Un hijo de trabajador, campesino, de una persona que trabaja en el sector informal tiene menos opciones de pasar la prueba “Ser Bachiller” para ir a la universidad. Eso no es posible, es necesario archivar esa prueba y permitir que todos vayan a la universidad, contratar más maestros e instalar y equipar más laboratorios. El sueño es que la sociedad vaya a donde van las universidades, sino está conectada a la realidad, no tiene sentido.
El Ministerio de Cultura debe llamarse Ministerio de las Culturas porque en Ecuador tenemos 15 nacionalidades y 18 pueblos. ¿Cómo podemos vivir bajo una visión colonial de una sola cultura?
Su programa de gobierno incluye la salud preventiva y el conocimiento ancestral. ¿Por qué esa simbiosis?
Trabajamos en doble vía: la primera en la salud preventiva para ahorrar recursos, es mejor que el médico del barrio, de la parroquia vaya a prevenir la enfermedad, encontrar el diagnóstico, y a así sincronizar la salud occidental con la ancestral.
Si no hubiera sido por el conocimiento de la salud ancestral, este rato las cifras de pérdidas por la pandemia serían más altas. Soy un sobreviviente al covid-19, me curé gracias a la medicina ancestral, se necesita articular todos los conocimientos.
La violencia contra la mujer no para en este país. ¿Cómo combatir ese problema estructural desde el gobierno?
En Ecuador seis de cada 10 mujeres han sufrido maltrato, en Azuay son ocho mujeres, lastimosamente es una provincia donde hay más conservadores y el machismo supera a los demás.
Es un tema estructural y el Estado tiene que ayudar con mucha fuerza desde la familia, las escuelas para actividades de prevención, y en casos donde se rebasó esto, la idea es establecer a través de los municipios y fiscalías todo el apoyo a las mujeres violentadas. En casos de feminicidios, queremos una sociedad democrática, tenemos proyectos específicos que trabajan feministas, soy un principiante de feminista, tenemos que corregir esta pandemia de la de la corrupción y de la violencia contra las mujeres.
Usted es un abogado especializado en derecho ambiental. Y en su campaña dijo que propondrá como decreto número uno solicitar una consulta popular para declarar a Ecuador libre de minería.
Tenemos cuatro propuestas: la minga ecológica, la minga económica, la minga educativa y la minga ética.
En la ecológica, la base es el planeta como nuestra casa grande, hay que cuidarlo y no permitir que se incendie en las próximas décadas. También es necesario impedir las guerras por el agua y hay que defender el ambiente y prevenir su contaminación para evitar que el cambio climático se acerque. Es hasta por salud y para esquivar el surgimiento de nuevas pandemias similares al covid-19.
Por otro lado, hay algunas encuestas que le ponen a usted en el tercer lugar de las preferencias de los ciudadanos. ¿Ha contratado a alguna encuestadora?
No he contratado ni una sola, las de otros partidos nos ponen en segundo y en tercer lugar. Cuando gané la prefectura de Azuay, nos pusieron en último lugar y hasta en quinto puesto. Pero cuando faltaba un mes vi que estaba entre los primeros, y 15 días antes de las elecciones dije ganamos por la conexión con la población, eso me hizo sentir esa seguridad.
Eso que me pasó hace un año y ahora cuando recorro el país me pasa lo mismo. Les conté a mis compañeros que estamos con el riesgo irreversible de ganar, veo que ahora va a ser más difícil gobernar que ganar las elecciones. En provincias del correato, como Manabí, por ejemplo, vi una conexión y sentí apoyo. Desde Esmeraldas hasta El Oro, pasando por todas las provincias de la Costa, veo esa conexión.
Nuestra bandera es la lucha contra la corrupción, la honestidad, con los jóvenes el libre acceso a la universidad, y a los agricultores bajar las tasas de interés, han pegado hondo. Eso nos da mucha tranquilidad de un triunfo. Hay una encuestadora independiente española que nos puso en empate, pero estaríamos primeros. Estoy convencido de que es así por lo que siento, es la encuesta del corazón.