En el parque acuático sobre la avenida Barcelona, dentro de la zona del parque lineal Bellavista, unos cuantos alambres reemplazan temporalmente a las tres varillas de aluminio que formaban parte del cerramiento de seguridad.

Cerca de un mes y medio ha pasado desde que tres empresas privadas, que mantenían contrato con la Fundación Guayaquil Siglo XXI, dejaron de prestar su servicio en las zonas regeneradas urbanas.

En ese lapso, ladrones, pandilleros y vándalos, según versiones de ciudadanos, han ocasionado daños, además de al  parque lineal Bellavista, a las estructuras de la Playita del Guasmo, Las Peñas, parque Viernes Santo y Malecón del Salado.

Este diario, en un recorrido realizado esta semana, constató que miembros de Sefiem (empresa de seguridad privada) están ubicados en los lugares que, desde la segunda semana de marzo pasado, se quedaron sin guardianía.

Al respecto, Wilfrido Matamoros, gerente general de la Fundación Guayaquil Siglo XXI, aclaró que el personal fue contratado directamente por el Municipio de Guayaquil.

El contingente de seguridad, proporcionado por Sefiem, es temporal, explicó Matamoros, hasta que se haga la contratación directa por parte de la fundación. “Este proceso ya está en marcha, inicialmente los concursos se cayeron porque se cambiaron ciertas especificaciones”, añadió.

El titular de la fundación estimó que el robo de objetos, como luminarias, estructuras metálicas, artículos de griferías, entre otros, costará, al menos, $ 40.000. “Es solo una cifra preliminar porque aún estamos evaluando todo lo que se han robado o fue destruido”, puntualizó Matamoros.

Entre los habitantes de los lugares afectados existen criterios diversos sobre los niveles de inseguridad, afectación al  turismo y responsabilidad de la Policía Nacional como apoyo durante las últimas seis semanas.

Para Julio Reyes, quien vive en Las Peñas alrededor de  tres décadas, fue incómodo que no se avisara con anticipación que se quedarían sin el servicio de seguridad por mucho tiempo.

“Fue de un momento a otro y hubo que improvisar y llamar al 911 para que nos asista. Es penoso tener que decir a cada turista que sube que tenga mucho cuidado con los portones que conducen a los callejones”, indicó. Desde el mes pasado, varios efectivos patrullan el  área en tres turnos que cubren las 24 horas del día.

El Malecón del Salado es otro de los sectores críticos en cuanto a seguridad ciudadana. Las estructuras metálicas de las entradas en las calles 9, 10 y 11 fueron las primeras que desaparecieron.

Los moradores, que temen identificarse por represalias, coincidieron en que dentro del sector hay personas que  compran los artículos robados a la obra municipal.

Martha, una ciudadana que omitió su apellido, acotó que los recorridos que realiza la Policía Nacional por el lugar son esporádicos, “pero los ladrones saben cómo hacen sus cosas”.

Durante esta semana, en el lugar se ha observado la presencia de miembros de la Policía Nacional y Metropolitana. “Creo que la Policía Nacional es más responsable de nuestra seguridad, porque son ellos los que cuentan con el equipamiento necesario”, manifestó Martha.

Agregó que los anteriores guardias privados no intervenían en los robos  que había  en las viviendas  ubicadas en la ribera.

Para el gerente general de la Fundación Guayaquil Siglo XXI, la agresión a la obra municipal implica algo más que los niveles de inseguridad.

“No me atrevería a criticar la labor policial, me incomoda más bien que la ciudadanía no denuncie directamente a los responsables”, afirmó Matamoros.

La fundación ha denunciado estos hechos en la Policía Nacional para que se inicien las investigaciones sobre los actores, cómplices y encubridores del robo y comercio de los bienes municipales en las zonas regeneradas.