Colombia también tiene fisuras en su planteamiento, pero derrocha muchos recursos colectivos e individuales
Argentinos sienten apatía por una selección que muestra su talento a cuentagotas
La herida de la final perdida ante Alemania en la Copa del Mundo de Brasil 2014 aún está abierta. Los argentinos no se comen las uñas ante el televisor ni sueñan con conquistar un título esquivo desde Ecuador 1993. Simplemente acompañan a un equipo que no ha despertado aún de su letargo y que muestra su talento a cuentagotas, con baches profundos en los últimos minutos.
Y encima ahora se viene Colombia, un duro equipo que también tiene fisuras, pero que derrocha talento. Ambas selecciones se juegan hoy el paso a semifinales de la Copa América, en un partido sin un pronóstico claro.
Las dudas se acumulan. Un seleccionado como Argentina, que se da el lujo de tener como tercera opción de centrodelantero a Carlos Tévez, figura y goleador de Juventus, debería tener allanado su camino a la final de la Copa América. Sin embargo, hoy los argentinos le prenden velas a Lionel Messi, el único capaz de hacer levantar de sus cómodos sofás a los hinchas ‘albicelestes’ que prefirieron seguir el torneo en sus casas en pleno invierno austral.
Muchos argentinos atribuyen a una merma física los difíciles finales de partidos ante Paraguay (empate 2 a 2 tras ir ganando por dos goles), Uruguay (1 a 0 pidiendo la hora) y ante la débil Jamaica (otro triunfo por la mínima diferencia), un rival con jugadores más preocupados por sacarse una selfie con Messi que por empatar el partido.
El rendimiento preocupa, pero más inquieta la falta de efectividad para cerrar los partidos, en especial por la gran cantidad de ocasiones desperdiciadas de gol y lo que en el fútbol moderno se llama el ‘manejo de los tiempos’.
Roberto Perfumo, considerado uno de los mejores defensores centrales de la historia del fútbol argentino, hoy comentarista deportivo, cree que ese fue precisamente el principal error de la selección argentina en la fase de grupos. “Hace todo el gasto en los primeros 50, 70 minutos, presiona y ataca, pero se desgasta. El rival espera, descansa. Porque solo defiende. Es tanta la obsesión por liquidar el partido que termina sin hacer goles”, dijo el exintegrante de la selección en el Mundial 1974.
Los números le dan la razón: 4 goles, uno de ellos de penal, el único de Lionel Messi, poco para una selección de tamaño lustre ofensivo y con tantas oportunidades de gol creadas en los primeros tres partidos de la Copa. “Eso termina pesando. Argentina hizo un gran Mundial, pero acá no nos conformamos si no lo ganamos”, dice Leo Rodríguez, exintegrante de la selección campeona en Chile 1991 y Ecuador 1993.
Ahora el destino puso a la Albiceleste en una parada difícil. Colombia en cuartos de final, con un técnico como el argentino José Pékerman que hizo debutar a Messi en la selección y conoce a muchos de los futbolistas del equipo a los que, como a la misma ‘Pulga’ y Mascherano, dirigió en Alemania 2006. Sin embargo, Leo Rodríguez es optimista. “Pienso que tienen todo para darnos un título”, concluyó.
Los argentinos dudan, hacen una mueca, desconfían, aunque una legión de fieles seguidores promete copar hoy el estadio Sausalito de Viña del Mar. (I)