León felipe troya, sobrino de maría rosa rodríguez, es el director de la cinta
"Mi tía Toty abrió caminos en la sexualidad"
Al otro lado del teléfono, una voz alicaída, un tanto quejumbrosa, le dice a León Felipe Troya Rodríguez que no podrá acompañarlo a rodar su película en los siguientes días. Le cuenta que está deprimida, que no quiere salir de su casa en Quito y prefiere quedarse en cama. Poco tiempo antes, con una vitalidad desbordada y un humor latente en cada palabra, esa persona pisaba el acelerador para llegar con tiempo a la función de teatro Hasta que la muerta nos separe, en la que ella es la protagonista.
Se trata de María Rosa Rodríguez, más conocida como Toty, quien hace 7 años emprendió junto con su sobrino y director León Felipe el rodaje del documental Mi tía Toty, en el que se expone la vida de la actriz ecuatoriana desde una mirada alejada de la banalización con la que la recuerdan las generaciones jóvenes, por su participación como conductora en el programa Gran Hermano.
En Mi tía Toty, que se estrenó el último sábado en la función de clausura de la XV edición de los EDOC, ese período de su vida es obviado y el filme se concentra en revelar la vida “oculta” de una mujer que no solo estelarizó el primer beso de la televisión ecuatoriana, junto a Alfonso Espinosa de los Monteros, sino que fue modelo, reina de belleza, protagonista en varias películas francesas, conductora de un programa televisivo de corte feminista, actriz de teatro social, militante de izquierda y pareja, por muchos años, del escritor e intelectual Pedro Saad Herrería.
El proyecto de León Felipe arrancó cuando le sugirieron, primero su hermana María Gabriela, que ya era hora de retratar a su tía, por toda la potencia narrativa que había en su vida. Luego, Juan Martín Cueva y Francois ‘Coco’ Laso, dos amigos suyos vinculados al cine y a Francia donde Toty vivió por muchos años, le insistieron y él decidió iniciar el documental. “Lo que queremos mostrar a la gente es que hay cierto tipo de personas, como mi tía, que han hecho cosas para que nosotros podamos vivir como lo hacemos ahora; cosas que en la actualidad son asumidas con naturalidad, como vivir sola. Ahora eso no es un drama, pero antes sí, peor si lo hacían con un hombre, era un pecado, una tragedia para toda la familia. Entonces Toty es de esas personas que ayudó a abrir caminos no solo en el plano artístico, sino en el de la sexualidad”, comenta Troya.
Cuando a Toty su sobrino le propuso este proyecto, ella lo tomó con agrado y aceptó ayudarlo entusiasmada. Durante la filmación la protagonista ha sabido ocupar su lugar y no meter mano en el montaje de imágenes, hasta el punto que la primera vez que ella vio el trabajo fue en la clausura de los EDOC. “Es una película sobre ella, de ella y con ella, pero todo lo que salga ahí es culpa mía. Son mis decisiones, no la de mi tía”, remarca Troya, quien se ha desempeñado en el cine como realizador de cortometrajes de ficción, sonidista, asistente de dirección y actor. Y añade: “Yo no la conocía tanto, pensaba que sí, pero recién en el proyecto pude descubrirla. De alguna manera soy depositario de muchas de sus cosas: si ahora me dedico al cine, al audiovisual, es gracias a ella; si ahorita estoy estudiando actuación es por herencia de ella; cuando a veces me comporto de una manera explosiva o intensa es por herencia de ella”.
El rodaje de la película siguió un curso natural, orgánico, sin forzar escenas ni el guion. Las únicas ocasiones en que se detuvo la grabación fue cuando Toty atravesaba crisis emocionales que la obligaban a refugiarse en su hogar por temporadas indefinidas y cuando su expareja, Pedro Saad, falleció el 6 de junio de 2014. Su sobrino señala que Toty se comportó igual afuera y dentro de la cinta, siempre haciendo un performance de ella misma, por lo que fue difícil retratarla con frontalidad.
Dadas esas circunstancias el director desarrolló estrategias para mostrarlas sin artificios. “Le hacía llamadas telefónicas sin su consentimiento y las grababa. Fueron unas licencias éticas y poéticas que usé para mostrarla en crudo, para presentar un retrato honesto, en el que no se la exalte demasiado ni se la destruya porque no hace falta”.
La cinta, que se presentará hoy en Guayaquil, a las 19:00, en Muégano Teatro, también fue filmada en París, donde la actriz recoge los pasos de la que fue su época más prometedora, pero que al final terminó siendo solo un tránsito de un viaje mayor e inconcluso. (I)