Al finalizar habrá un foro con los autores ecuatorianos
El EDOC cierra en Quito con maratón de cortos
El festival Encuentros del Otro Cine (EDOC) concluye hoy en Quito su decimaquinta edición, realización que se pudo concretar tras una campaña crowdfunding -que sirvió para reunir gran parte de su presupuesto- y la suspensión de todos los eventos públicos el día que estaba prevista su inauguración, en el Teatro Capitol. El encuentro concluyó la edición tal como estaba programada, con rumba caleña -en homenaje a Luis Ospina- incluida.
Uno de los principales eventos programados para esta clausura es la maratón de cortos documentales en El Pobre Diablo, que arranca a las 19:00 y prevé culminar con un foro entre los autores ecuatorianos que están en la selección. Esta serie reúne varias propuestas de un formato que tuvo mayor diversidad en esta edición del festival EDOC.
A través de este formato los documentalistas reducen el tiempo de largos documentales, se concentran en la intensidad del sonido de una escena o en indagar a través de nuevas estructuras para contar una historia en breve.
Scales in the Spectrum of Space, del cineasta Fern Silva, abre esta maratón. La propuesta desbarata 60 horas de 30 documentales para hacer un collage pop de Chicago. Las escalas que registra este documental tienen su origen en la variedad de la arquitectura de la ciudad y la música jazz de Phil Cohran.
Le Saphir de Sant-Louis (José Luis Guerín), otra de las cintas que integran la selección de esta maratón parte de un hallazgo en la catedral de Saint-Louis de La Rochelle (Francia). En una de sus capillas se esconde un tesoro particular en el que el cineasta pone su ojo. Allí, entre una multitud de exvotos de la Marina mercante, se puede ver una pintura que registra la tragedia del Saphir, una goleta de esclavos que en 1741 estuvo varada durante largo tiempo en aguas intertropicales, con 271 esclavos y 30 miembros de la tripulación a bordo. Esta pequeña pintura es como una puerta secreta en una catedral que se abre a la gran historia.
Entre las propuestas que se proyectan esta noche en El Pobre Diablo figura también una serie de autores ecuatorianos, radicados dentro y fuera del país. En Speed Paradise, el ecuatoriano radicado en Argentina José María Avilés enfoca en un plano general a los aficionados de las carreras de autos a control remoto, que a su vez miran en un mundo miniatura en alta velocidad.
El filme Ozoners, del ecuatoriano Jean-Jacques Martinod y el estadounidense Kyle Andrew Bell, indaga en el pasado, recorre las salas comerciales que aún proyectan películas en cintas de 35 mm en Estados Unidos. Los autores se encuentran con los personajes que están alrededor de esta industria y en el camino también ven una pantalla al aire libre, de la época en que los autocines estaban en boga. En el filme, las zonas donde hubo proyecciones de este tipo van retomando su aspecto natural.
Por su parte, Iván Mora Manzano retoma la construcción del tren ecuatoriano, como anología de la unión del país. Esta obra, que inició el presidente conservador Gabriel García Moreno y terminó el presidente liberal Eloy Alfaro, cruza las montañas y llega al trópico en pocas horas, a pesar de que -desde la visión del director- estas regiones siguen viviendo distantes. La muestra integra también Bo, la ópera prima de Sofía Silva; El cóndor pasa, de Adrián Balseca, y El reloj de Velasco Ibarra, de Paúl Narváez. (I)