El uso del celular en el aula ayuda al aprendizaje
Gabriel Castro confiesa que siempre le ha costado trabajo transcribir rápidamente lo que el profesor explica en la pizarra.
El adolescente que cursa el noveno año de Educación General Básica (EGB) encontró una solución a su inconveniente. Desde inicios del actual año lectivo en la Sierra, él utiliza la cámara de su celular para captar la clase del día.
Al llegar a casa, saca su teléfono y copia, con calma, la clase del día de lengua y literatura. Su mamá, Analía Espín, considera que las nuevas generaciones reemplazaron el cuaderno de borrador por las fotos.
El centro particular donde estudia permite el uso del celular, pero con ciertas normas: no se permite chatear ni realizar o contestar llamadas (excepto en casos de emergencia). Los alumnos pueden tomar fotografías y grabar audios o videos de la clase.
Luis Galván, docente de Science, explica que los dispositivos incorporan nuevas aplicaciones que permiten utilizarlos como microcomputadoras. “Los docentes tenemos el reto de utilizar estas herramientas tecnológicas a nuestro favor”, indica el profesor, de 37 años.
Los estudiantes de Galván usan su smartphone en las exposiciones. “Ellos presentan a diario un video del avance de su proyecto. Ese trabajo se realiza en casa y ellos registran los progresos en su celular”.
El docente asegura que su uso en clase también es una excusa para promover el aprendizaje cooperativo. La consigna es que si el celular de un alumno no tiene cámara y el de otro sí, se prestan. “Así los chicos comparten y rompen el mito de que el celular individualiza”.
“Dada la atracción que los escolares tienen hacia estos aparatos tecnológicos, quizá sería más interesante dar la vuelta a la situación y utilizarlos con fines educativos”, opina el experto en tecnología Jaime Carrasco, quien agrega que la clave está en el uso responsable.
El 17 de abril de 2014, el Ministerio de Educación (MinEduc) estableció regulaciones para el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas. El objetivo, según la cartera de Estado, es fomentar el consumo crítico de las nuevas tecnologías de comunicación e información en las aulas escolares.
Según el documento, el docente es el responsable de autorizar el uso del dispositivo y crear espacios pedagógicos para esa herramienta.
Además, estipula que el manejo será exclusivamente para los estudiantes de secundaria (desde octavo año hasta tercero de bachillerato).
El celular es una herramienta escolar para efectuar entrevistas y reportajes, programación de tareas, el uso de audiolibros o lecciones multimedia y la creación de redes de conocimiento para trabajos.
La regulación también establece sanciones para los alumnos que usen sus dispositivos sin autorización. Esta falta está catalogada como leve y su reincidencia será sancionada como grave, según los artículos 134 y 330 del Reglamento General a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI).
El uso del celular en actividades de evaluación será penado como acto de deshonestidad, mientras que los comportamientos que atenten contra la dignidad de las personas se sancionarán de forma independiente. (I)