Aplazada la decisión sobre el sistema de medición del tiempo
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) aplazó hoy hasta 2015 la decisión sobre si mantiene o elimina el segundo intercalar o segundo adicional, la fracción de tiempo se agrega cada cierto número de años para mantener la hora sincronizada con la rotación de la Tierra.
Fuentes de la UIT, organismo dependiente de Naciones Unidas, informaron a EFE de que el aplazamiento, adoptado en el marco de la Asamblea de Radiocomunicaciones que se celebra estos días en Ginebra, se debe a que "algunos países argumentaron que no tenían elementos suficientes para tomar una decisión definitiva".
Estos países pidieron más tiempo para poder realizar estudios complementarios que permitan llegar a una conclusión dentro de tres años en el seno de la UIT, cuya intención es que cualquier posible cambio o mantenimiento de la política actual se haga por consenso.
El eventual cambio tiene calado científico e histórico, ya que hasta ahora es la "hora solar" -marcada por la rotación de la Tierra sobre su propio eje y su órbita alrededor del sol- la que sirve para medir el tiempo en función de las observaciones astronómicas.
Pero la rotación de la tierra experimenta variaciones causadas por la disminución de su velocidad y por eventos como terremotos o erupciones volcánicas, por lo que cada cierto tiempo se debe agregar un segundo a la hora de los relojes atómicos, de una extraordinaria precisión, en los que se basa el Tiempo Universal Coordinado (TUC).
Es la misma lógica detrás de los años bisiestos, que permiten mantener el tiempo sincronizado con el sol, aunque nadie habla por el momento de replantear su existencia, ya que el impacto de los 29 de febrero es mucho mayor que el de los segundos adicionales.
La propuesta de eliminar el segundo adicional, defendida entre otros por EEUU y rechazada por el Reino Unido, Canadá y China, busca una estandarización del tiempo, que evitaría, por ejemplo, el desfase de los sistemas de posicionamiento global (GPS) y el TUC.
El sistema GPS apareció en la década de 1980 y entonces se consideró que era demasiado complicado introducir el segundo intercalar, porque causaría errores, de modo que se decidió que funcionara con su propia hora, razón por la que actualmente tiene una diferencia de entre 15 y 17 segundos con respecto al TUC.
La eliminación de ese segundo tampoco requeriría, como ocurre ahora, ajustar los relojes atómicos, ni los sistemas de telecomunicaciones e informáticos cada vez que se agrega un segundo a un año, argumentaron ante la UIT los partidarios el cambio.
"Esos ajustes crean un problema porque deben hacerse manualmente ya que no se puede predecir cuándo tendrán que hacerse. Sólo se puede saber un par de meses antes y siempre hay un margen de error, así que hay que hacer pruebas posteriores", dijo el jefe de la Oficina de Frecuencias del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia, Vincent Meens.
"Es imposible predecir en qué año se deberá agregar un segundo intercalar. A veces hay un segundo adicional cada año o podemos estar tres o cuatro años sin él", explicó.
No obstante, Meens reconoció que con esta medida habrá "una desviación de la hora de la Tierra con respecto a la hora atómica, que será más o menos de 1 minuto con 30 segundos por siglo".
Es decir, cada milenio la desviación sería de unos 15 minutos, un problema que, según los defensores de la reforma, podría solucionarse insertando un minuto adicional cada 70 años.