Flor es la madre de un niño de nueve años de edad. Ella lo cría sola, pues la relación con el padre del menor se terminó. El progenitor con el tiempo se fue alejando hasta que no apareció más.

Ella trabaja fuera de casa, es profesional y se ocupa del cuidado de su hijo. También, en la actualidad, estudia.

Sus días, de lunes a viernes, son agitados. Se levanta a las 05:30 y recién puede descansar a las 00:00.

Coordinar su vida profesional con sus responsabilidades de mamá es todo un reto. Pero ¿cómo puede hacer todo eso?

“Con organización”, resumió la mujer de 30 años de edad.

Precisamente, una de las claves está en ese detalle, con el fin de lograr un equilibrio para proporcionar tiempo de calidad a su vástago.

Según la orientadora familiar Luisa González, no existen una fórmula mágica, pero sí hay ciertas circunstancias que ayudan mucho.

Algunos padres solteros -dice- cuentan con el apoyo de los abuelos y abuelas de los niños, lo cual contribuye una gran ayuda cuando los progenitores, especialmente, cuando se trabaja fuera del hogar.

Aunque, el ideal es que los progenitores logren desarrollar un trabajo que lo puedan realizar desde casa o que les permita administrar su propio tiempo de conveniencia.

“En resumen, se necesita de un trabajo que les permita tener ratos de calidad con sus hijos y una red familiar que lo cubra en situaciones emergentes”.

También, cuando se tiene hijos más grandes, darles pequeñas tareas como el orden de la casa u otras que consideren que no les afectará, pero que contribuirán a la optimización del tiempo.

De su lado, la orientadora Daniela López aconseja que sirve el establecimiento de rutinas. Establecer tiempos para comer y hacer tareas permite tener más posibilidades de dedicarle energías a otras gestiones.

“No se deben olvidar dejar un lapso para conversar, compartir y jugar con los chicos. Eso no es negociable. Tiene que haber tiempo para eso, Abrir esos espacios fortalece a la familia emocionalmente”.

Otro de los consejos -cuando se pueda y sea factible- es mantener una relación amistosa con la expareja con el fin de tener allí también un apoyo.

Aunque González -agrega- que el primer paso de todos es reconocerse como padre, ya que si no te ves así, difícilmente se asumirá los deberes que tiene como tal. 

La organización de rutinas contribuye a que el tiempo alcance: horarios regulares de las comidas y los momentos de descanso ayudan.

De igual manera, se requiere un trabajo que les permita tener ratos de calidad con sus hijos, una red familiar que lo cubra en ciertos eventos escolares o en las fiestas infantiles de los compañeros de los hijos.

Por su lado, José Rivadeneria, responsable de salud mental del Centro de Salud Tipo C, ratificó que en el caso de que existan redes de apoyo lo ideal sería que se designen responsabilidades.

Para él, también es importante incorporar a los niños en actividades deportivas o cursos para que no pasen solos en casa. (I)