¿Qué dirá Mae Montaño de la arremetida racista de Andrés Páez, César Monge y el sinnúmero de trolls, periodistas lassistas y energúmenos políticos que señalaron con odio a los afroecuatorianos que estuvieron en la zona de palco del estadio Atahualpa el martes reciente?

Parecería que en palco solo caben los “blanquitos”. Es para su uso exclusivo. Y si hay negros entonces son potenciales delincuentes y los autores de la supuesta agresión a Guillermo Lasso. Basta ver cómo los señalan y cómo los definen para entender que esa “violencia simbólica” es mucho más reveladora que la otra (la del griterío y lanzadera de botellas vacías de agua). Páez no tiene dudas en señalar a los “delincuentes” negros que usan gorras con la palabra Lenín. Y es Páez quien mueve a sus trolls para la arremetida racista del martes y miércoles. Igual que fue él mismo quien usó a un menor de edad para “simbolizar” el ahorcamiento a un borrego.

Lo ocurrido el martes en el estadio Olímpico Atahualpa desnuda el comportamiento político de la derecha y su xenofobia. No solo señalan a los afroecuatorianos, sino que además Guillermo Lasso dijo ayer en Ecuavisa que no eran de Alianza PAIS quienes le agredieron, sino que eran unos extranjeros. ¿Por ser negros y estar en palco son extranjeros? ¿Los negros ecuatorianos no tiene cómo pagarse o estar en ese supuesto lujoso lugar de un estadio? Parece que no han ido al estadio donde muchos afroecuatorianos, la mayoría parientes de los jugadores, siempre están ahí.

Todo esto es un acto de violencia de la peor, que Mae Montaño o Auki Tituaña no han logrado dar a conocer al binomio Lasso-Páez. Ni lo lograrán. Porque no se trata de un asunto menor: tener una visión de la realidad por encima del racismo y de la xenofobia no es una pose, es una convicción política, un asunto de principios.

Muy difícil que un militante del Opus Dei valore estos conceptos. Y mucho menos que un candidato que convoca a matar borregos y cómplice de la invocación a incendiar Quito, reconozca a un ser humano más allá de su ropa o su piel.

Al final de la campaña electoral se desnudan los verdaderos principios y doctrinas. Y por eso callan los exMPD, Pachakutik y Montecristi Vive. Les debe causar roncha ver eso y al mismo tiempo llamar a votar por el Súper Ministro de Mahuad.

La violencia que engendran Lasso y Páez nace de un modo de ver la política, muy en sintonía con las doctrinas y principios de un Leopoldo López o un Álvaro Uribe. Y esa violencia también parte de la arrogancia del poder económico y del apoyo foráneo de los Isaías y los Aznar. (O)