Análisis
¿Lasso privatizaría el IESS?
No, debería modificar la Constitución, pero su intención va en esa línea. Guillermo Lasso dijo en octubre pasado: “Mi propuesta es sencilla: que los afiliados tengan libertad de elegir entre la opción pública y muchas opciones privadas. Que estas compitan para dar un mejor servicio a las familias ecuatorianas. Sin monopolios o imposiciones absurdas como nos pretende imponer hoy el Gobierno”.
Esta propuesta se inscribe en la lógica del mercado y por ende en el de la competencia donde, supuestamente, habría mejores servicios y facilidades porque el mercado ordena y hasta abarata los costos. Y eso, como ya está probado, es falso.
Guillermo Lasso debería explicar a sus electores, en primer lugar, pero también a su binomio Andrés Páez (porque ha sido crítico del supuesto perjuicio ocasionado al IESS por el actual gobierno) cómo facilitaría la competencia entre varios seguros para los ecuatorianos. Por ejemplo: ¿si por ley el sector público y todas las empresas privadas están obligadas a afiliar al IESS a sus empleados y trabajadores, cómo liberaría de esta obligación al sector privado para hacer realidad su propuesta? ¿Va a crear una “zona franca” de seguridad social para que vengan empresas extranjeras, libres de impuestos? ¿Dejará de aportar desde el sector público al IESS para la atención médica, jubilación y prestaciones? ¿La libre competencia no requiere de unas condiciones legales y prácticas que generen y garanticen la presencia real de empresas privadas de seguros médicos, jubilación, fondos de cesantía y créditos hipotecarios?
No es menor el debate y la polémica abierta desde la perspectiva de Lasso y sus voceros. Si considera que hay monopolio, bastaría con revisar las cifras de afiliación y la oferta de empresas privadas para debatir desde la realidad. No son pocos los seguros privados y tampoco es cierto que todos los ecuatorianos tenemos acceso a la seguridad pública. Hay un incremento considerable pero todavía no cubre a todos los habitantes. Si partimos de una premisa falsa, evidentemente, llegamos a conclusiones erróneas.
Una “imposición absurda”, como dice Lasso, es la del mercado porque no apela a la solidaridad y quien no tenga plata no será atendido. El seguro privado no perderá si debe atender una enfermedad catastrófica onerosa: su razón es el lucro.
Y Ecuador ya tiene experiencia (triste y dolorosa) en esto y fue superada en la última década, aunque haya mucho por hacer. Pero de ahí a “liberalizar” la seguridad social a partir de la libre competencia dentro de la lógica del mercado solo explica la posibilidad de su privatización y Lasso lo sabe bien. (O)