Una de las mayores dudas de los intelectuales y partidarios de CREO-SUMA en la segunda vuelta es quién sucederá a Guillermo Lasso tras su segunda derrota electoral en calidad de aspirante a la Presidencia.

De hecho, en la derecha ecuatoriana hay varias dudas al respecto porque Jaime Nebot no será un político activo tras su salida de la alcaldía, como lo ha confesado varias veces. Mauricio Rodas es por ahora un alcalde con baja calificación, y tiene un camino espinoso si quiere recuperar un lugar en la papeleta presidencial para el 2021. Andrés

Páez tiene tantas negativas que difícilmente podría ser recibido o auspiciado por algún partido, salvo que sus verdaderos auspiciantes y financistas (¿los hermanos Isaías?) insistan en él.

Parecería que en la derecha hay orfandad de liderazgo en el corto plazo y mediano. Si Lasso llegó a la segunda vuelta, en buena medida por una chequera bien suntuosa, la alianza con los Isaías y los medios privados, también es cierto que deja una pobre herencia política, quizá tanta como en su momento Álvaro Noboa. Y esa orfandad adquiere tintes dramáticos.

¿Quién aspira a ser el jefe de bloque de  oposición en un parlamento donde es minoría y hay celos y hasta sospechas entre los CREO y los PSC? ¿Actuarán como en su momento lo hicieron Sociedad Patriótica, Pachakutik y PSC? ¿A punta de no votar nada y pasar de agache ganando buena plata del erario público?

Si bien hay que hacer un análisis de por qué Alianza PAIS no obtuvo en las presidenciales una votación aplastante, también es cierto que en la derecha hay un análisis pendiente por su incapacidad de entender la nación que aspira gobernar. Sus intelectuales (entre ellos los articulistas de El Universo y El Comercio) por solidaridad, complicidad o vergüenza han sido incapaces de darle argumentos a esa derecha para pensarse. Se han concentrado tanto en la figura de Rafael Correa. Pero también puede ser que recelaron tanto de la capacidad de Lasso, que prefirieron dejarlo y hacerse solo eco de un acérrimo anticorreísmo.

Como en su momento hicieron gala de las habilidades de Ramiro González para ganar varias alcaldías suponiendo que había un partido político y una organización territorial ahí, ahora comprobarán que CREO y SUMA serán ahogados por su propia dinámica: la de un líder con una enorme fortuna y casi nulo talento político estratégico.

La derecha, si quiere ser un actor democrático, debería revisar su libreto y conocer mejor el país. ¿O será que Lasso heredará a Ecuavisa, Teleamazonas, El Comercio y El Universo su fortuna política para que sean verdaderos actores políticos? (O)