Las tradiciones de los Sacha Wasi impulsan el turismo en la Amazonía
A 25 kilómetros del centro de Puyo, en la provincia amazónica de Pastaza, se asienta la comunidad kichwa Sacha Wasi (que significa “la casa de la selva”), que se caracteriza por conservar sus tradiciones y por compartirlas con los turistas.
Para mantener contacto con los representantes que ejercen el turismo comunitario, se atraviesa un puente metálico y luego se adentra en la selva por un sendero lleno de árboles, riachuelos, lodo y puentes improvisados, construidos con caña.
Al llegar, lo primero que experimentan los turistas ecuatorianos y extranjeros es la chicha de yuca que se sirve en una mokawa (especie de recipiente).
Turistas recorren el río en canoa como parte de su atractivo turístico de esta zona del oriente.
Esta comunidad tiene esta cálida y ancestral forma de recibir a propios y extraños, mientras los sonidos de la selva se escuchan a través de sus instrumentos musicales, fogatas y tambores.
Inicio de la tradición
La matriarca de la comunidad en su lengua da la bienvenida y narra todo lo que los turistas verán y recibirán. Luego se explica en español y se inician los rituales tradicionales.
Las mujeres del lugar lucen su larga cabellera y una falda de chonta adornada con semillas de calmito, guarruru y sus senos están cubiertos por mates.
Posteriormente, tres hombres (dos mayores y un adolescentes) complementan la coreografía amazónica, en la cual la música la ponen ellos con sus tambores, sonidos guturales y gritos.
El ecoturismo es su forma de enseñar y mantener sus tradiciones intactas. Además, es la manera de mostrar que su tierra tiene más riquezas que el petróleo.
“La propuesta turística ayuda al desarrollo económico de esta población; además su cultura y tradiciones son magnificas”, indicó Angie Fischer, turista suiza que disfrutó del recorrido junto a un grupo de amigos.
Emily Agama, quien suele visitar con frecuencia esta comunidad, explicó que los habitantes también hacen rituales y limpias con chamanes. Además, como parte del turismo, ofrecen hospedaje a bajo costo, pero los turistas deben regirse a las normas de la comunidad.
David Tenamaza, guía turístico, agregó que el recorrido puede incluir visitas a las cascadas, deportes extremos o caminatas por la selva.
El proyecto comunitario
Los pobladores de Sacha Wasi conocieron, mediante un taller de capacitación, las potencialidades de la comunidad y su importancia para impulsar proyectos turísticos comunitarios.
La comunidad hasta el momento ha generado en su escenario actividades como la música, danza, práctica de la cerbatana, paseo en canoa, venta de artesanía y caminatas ligeras o extremas.
La gastronomía local es otro gran atractivo. Entre sus platos tradicionales consta el maito, que es una tilapia envuelta en hoja de plátano, con verde y yuca, acompañado con té de guayusa.
Agama mencionó que a los visitantes todavía se les ofrece la chicha de yuca, pero que ya no la mastican con los dientes. “Ahora la cocinan, la fermentan. Si no se la toman, ya ellos no se enojan”.
Otra forma de atraer al turista es pintándole el rostro con achiote. “Les dibujan líneas que tienen un significado como, por ejemplo, la Diosa de la Tierra”, añadió.
Luego, los viajeros pasan a una choza que sirve de vitrina para la exhibición y venta de las artesanías creadas por las hábiles manos de los comuneros.
Los indígenas de la comunidad enseñan a utilizar la cerbatana a los turistas que ingresan en buses o taxis desde Puyo, por una tarifa máxima de $ 5.
Al llegar a Sacha Wasi la persona paga $ 3 para disfrutar del conocimiento ancestral. Las artesanías e instrumentos musicales tienen costos desde los $ 2. (I)