La ONU premia propuestas en pro de la tierra
La lucha por el medio ambiente es una tarea de todos y en esa lógica la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convoca a los jóvenes de entre 18 y 30 años para que presenten iniciativas que ayudarán a proteger el medio ambiente.
Serán siete personas las seleccionadas de las distintas regiones del mundo; una de cada una: de África, Europa, América Latina y el Caribe, América del Norte, Asia Occidental y dos de Asia y el Pacífico.
Se trata de la tercera edición de Jóvenes Campeones de la Tierra.
En la convocatoria, la ONU detalla que “el calentamiento global obliga a cambiar a nuestras sociedades, nuestras economías y nuestro mundo. También deben cambiar nuestras formas de hacer negocios, nuestras carreras profesionales y nuestras oportunidades laborales”.
En ese contexto presentan la convocatoria como “una oportunidad sin precedentes para emprender iniciativas”.
Se trata del impulso para generar “una nueva economía más verde; para ser pioneros en tecnología revolucionaria e innovación radical; para liderar una nueva ola de profesiones ecológicas”.
Los premiados recibirán financiación inicial, formación intensiva y orientación personalizada para convertir en realidad sus ideas sobre el medio ambiente.
La oportunidad se dirige a la sociedad en general; los proyectos serán valorados por un jurado de la ONU.
Los premiados deberán compartir las experiencias y hacer campaña en favor de la causa ambiental propuesta, con vídeos y blogs en el sitio web de los Jóvenes Campeones o mediante entrevistas en los medios de comunicación.
Paralelamente, a un máximo de 50 de los candidatos más prometedores se les concederá acceso a una comunidad experta de mentores de Covestro. Estos ofrecerán ideas sobre temas que van desde las comunicaciones y el desarrollo empresarial hasta la planificación de proyectos y la gestión financiera.
Entre los incentivos están $ 15.000 y $ 9.000 en fondos para comunicar y capturar su idea y transmitir las historias de esperanza y cambio que está catalizando en el terreno; asistencia a una reunión de alto nivel de la ONU; publicidad y reconocimiento a través de entrevistas y medios online y globales; entre otros.
Ecuatoriana se adjudicó premio
Liliana Jaramillo participó en la primera edición en 2017; fue la ganadora por América Latina y el Caribe. Su propuesta es levantar vegetación nativa en terrazas, lo que ayuda a rescatar la flora autóctona y a limpiar el medio ambiente.
La aplicación se ejecutó en Quito y se denominó techos verdes a las infraestructuras ecológicas que se desplegaron en la urbe ecuatoriana.
La ganadora explicó que no se trata solo de sembrar vegetación sino de que las plantas sean nativas, que puedan soportar las condiciones extremas de la ciudad y al mismo tiempo conservar la diversidad de plantas.
La selección de variedades nativas adecuadas para techos verdes es la clave para que estas infraestructuras sean un éxito y para garantizar que sean recibidas por los ciudadanos, las autoridades y la industria por igual.
El uso de plantas nativas hará que la ciudad sea más verde y restaurará la biodiversidad de aves e insectos que ha sido desplazada por la urbanización.
El proceso se basará en un estudio anterior que utilizó modelos de resiliencia climática para identificar la idoneidad de las especies nativas.
La ganadora es bióloga con una maestría en estudios ambientales de la Universidad de Melbourne (Australia), a la que accedió gracias a una beca del Gobierno.
“Me apasiona la ecología urbana y el desarrollo de infraestructura verde. La idea de hacer que las ciudades sean más verdes me inspira, ya que es una solución práctica que crea espacios habitables y sostenibles en nuestro planeta”.
Entre los triunfadores está la empresa que suministra al segundo proveedor de ensaladas de Europa. Se trata de Adam Dixon, quien en un año logró que su negocio alcance un valor de $ 2,6 millones. Propone un sistema que permite sembrar en pequeños espacios.
Su propuesta es diseñar soluciones hidropónicas para invernaderos; decir que se necesitarían menos espacios para cultivar alimentos, de este modo se evita la contaminación ambiental. (I)