Una nueva familia de osos andinos se visualizó el pasado viernes 9 de septiembre, en Papallacta. La primera se vio en agosto pasado, cuando recorrían las laderas del volcán Rucu Pichincha.

Presumiblemente, esta segunda familia habría salido de su hábitat natural en busca de comida.

Los osos de anteojos son una especie solitaria que habita en los páramos andinos de nuestro país. Sin embargo, para Santiago Molina, investigador asociado de la Universidad San Francisco de Quito y del proyecto Quito Tierra de Osos, sorprende actualmente verlos juntos.

Investigadores del proyecto Quito Tierra de Osos han encontrado 50 mamíferos en 5 parroquias rurales ( Nono,Calacalí, Nanegalito, Nanegal y San José de Minas). Sin embargo, consideran que la ruta de los osos no tiene fronteras y recorren zonas como Lloa, Chiriboga, Mindo, entre otras. Por ello estiman que en el corredor Cotacachi-Cayapas- Illinizas, que comprende más de 200 mil hectáreas, hay cerca de 200 osos.

La Secretaría de Ambiente del Municipio, a través de un proceso participativo con actores vinculados, elaboró y ejecuta el Programa de Conservación del Oso Andino (PCOA) para los próximos 5 años (2014-2019), siendo este programa la Hoja de Ruta para salvaguardar a esta población de mamíferos.

Tras los aportes investigativos realizados desde el 2008, por la Secretaría de Ambiente, Universidad San Francisco de Quito –USFQ y otras organizaciones, se confirmó la existencia de la especie, su estado de conservación, amenazas, patrones de movimiento y uso de hábitat en el territorio noroccidental del DMQ.

Este aporte motivó a que en el 2012, el Concejo Metropolitano del DMQ declare al Oso Andino como especie emblemática de Quito y en el 2013, emita la Resolución No. 431, que creó el Corredor Ecológico del Oso Andino, con una extensión de 65.000 hectáreas. (I)

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