Nueva ministra sabe de la realidad educativa ecuatoriana
Quienes conocen a Monserrat Creamer, la nueva ministra de Educación, la definen como una persona cálida, con la que fácilmente se puede dialogar, a la que le apasiona los temas educativos y sabe con claridad lo que debe hacer.
Tiene una formación completa en temas pedagógicos y de enseñanza en educomunicación. Su último cargo, previo al nombramiento, fue como directora educativa del Grupo FARO, que se convirtió en su casa en los últimos 18 meses. Ahí conoció a Andrea Zumárraga, su compañera como supervisora editorial, quien enfatiza que Monserrat es un ser humano especial y muy sensible, al que le gusta transmitir el conocimiento que tiene e intercambiar ideas. "No es para nada egoísta".
Tuvo un breve paso como subsecretaria en el Ministerio de Educación, pero todos afirman que no tiene ninguna vida política.
Ella lideró el proyecto 'Comunidades de aprendizaje' que ha sido esencial para grupo FARO porque lo hizo con pocos recursos económicos. La propuesta de este programa, que inició en enero de 2017, es revertir la desigualdad y promover la cohesión social mediante la educación participativa de la comunidad. Su fundamento teórico se asienta en el aprendizaje dialógico que busca una nueva escuela construida desde y para la comunidad. Esto con base en la metodología reconocida por la Unión Europea y la Universidad de Barcelona.
Como parte de este proyecto y de su trabajo estuvo en los últimos meses vinculada a la comunidad de Cayambe, en la provincia de Pichincha.
Nació en Venezuela, pero casi toda su vida la desarrolló en el país por lo que incluso tiene la nacionalidad ecuatoriana. Entre sus múltiples títulos destaca un doctorado en educación logrado en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y cuenta con más de 3 décadas de experiencia en temas educativos.
"Monse" como la llaman sus amigos más cercanos, entre ellos el educador manabita Orazio Bellettini, cuenta que la conoció hace alrededor de 8 años cuando ella fue docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), pero hace 3 los lazos de amistad se profundizaron cuando participaron juntos en el proyecto 'Mingalibro' que reúne durante una semana a especialistas en educación que buscan delinear políticas públicas al respecto. Ellos y al menos 6 educadores más tuvieron un encerrón en la provincia de Imbabura.
"Ella fue una de las profesionales que más entusiasmo y trabajo le puso para desarrollar la metodología, ahí constaté su gran pasión por la educación, su compromiso y conocimiento sobre la realidad educativa del país". A raíz de ese encuentro nació su colaboración y cercanía hacia el Grupo FARO. "La conclusión que ahí sacamos es que no era posible mejorar los niveles educativos si solo se le dejaba al sistema escolar, que era necesario incorporar de forma activa a toda la comunidad y eso es lo que siempre ella plasma que será vital en su nuevo cargo".
Hace 3 meses, aproximadamente ella visitó Manabí para conocer el éxito de esta metodología sobre todo en escuelas de Manta, donde recibió el cariño y reconocimiento de padres y residentes del sector que aplicaban lo que ella proponía en 'Comunidades de aprendizaje'.
Fausto Segovia, quien también es especialista en temas educativos, cuenta que Creamer es autora del libro "Manual del Pensamiento crítico" y su trabajo está enfocado en proyectos de formación docente, que es uno de los objetivos a los que apunta el Ministerio de Educación. Recalca que Monserrate es una persona muy eficiente y sobre todo honesta. (I)