Miles de niños de 3 a 4 años ingresaron, por primera vez, a educación inicial en la Sierra y la Amazonía. En el Centro Educativo Manuel María Sánchez de Quito, los pequeños perdieron la timidez mientras posaban contentos frente a las cámaras fotográficas de sus orgullosos padres.

Jorge Saeteros miraba emocionado a su hija Dana. Tiene sentimientos encontrados al dejarla pero sabe que es parte de su crecimiento. “Quiero que mi hija se familiarice con la escuelita porque a veces los niños tienen temor. Espero que aprenda muchas cosas porque la educación es el futuro del país”, dice convencido.

Blanca Pilapaña también tiene un nudo en la garganta por dejar a su hijo. Es protectora y por ello espera que haya “seguridad” en la institución para que los chicos lleguen bien a sus hogares. Tiene expectativas de que su pequeño desarrolle habilidades, que después lo ayuden a ser un buen estudiante.

Hoy la educación inicial es distinta de cómo era años atrás. Este nivel tiene una malla curricular establecida y ejes claros para que los niños desarrollen sus conocimientos y se enfrenten más preparados a primero de básica.

“Tenemos que sacarnos de la cabeza la idea de que la educación inicial es guardería; una cosa es tener un lugar donde encargo a mis hijos, pero acá es lo contrario, ahora en educación inicial, los niños tienen  un currículum con distintas actividades lúdicas y de interacción con los niños que se deben implementar en los establecimientos para lograr un nivel de madurez necesario (...)”, explicó el ministro de Educación, Augusto Espinosa, quien también informó que en la Sierra y la Amazonía se han inscrito 125 mil niños y en el país hay alrededor de 275 mil.

Matilde Cruz, directora del Centro Manuel María Sánchez, está consciente del cambio que ahora tiene educación inicial. “Antes nos guiábamos por 7 objetivos muy grandes y generales, en donde era difícil concluirlos; por ejemplo hablábamos de la familia, medio ambiente, naturaleza”, comentó.

Con la nueva propuesta abarcan otros ámbitos como identidad y autonomía, convivencia, lógica matemática, lengua, motricidad y descripción corporal, aseguró. “Nosotros trabajamos con 5 maestros de educación inicial; 3 para niños de 3 años y 2 para el grupo de 4 años. El reto es cumplir el currículum y guiarnos con esos contenidos (...) como maestras nos hemos capacitado y vemos que los temas que ahora se abordarán en clase son más integrales”, reconoció Matilde.

En el país se requieren alrededor de 10 mil profesores para educación inicial y 10 mil auxiliares que trabajen en conjunto. Según el ministro de Educación, la formación de estos docentes atraviesa un proceso de transición. “En este momento tenemos un déficit de docentes en educación inicial, lo que estamos haciendo es tomando a los docentes de educación general básica para capacitarlos e ir insertándolos en educación inicial”, aseguró.

Pero eso no es todo, porque también hay un programa de maestrías internacionales y cursos de capacitación con 330 horas en educación inicial.