Por Karla Calle Pin

La innovación no es un acto, sino un proceso en el cual se involucran a los diferentes actores de la comunidad educativa. Transformar la educación tradicional en una educación innovadora es el reto que afronta la escuela Esteban Cordero Borrero. Esta unidad educativa, al igual que otras instituciones de Fe y Alegría, han implementado el proyecto de innovación educativa de inteligencias múltiples, impulsando con ello una nueva metodología educativa que beneficia a los jóvenes y niños. Así busca introducir, de una manera más sencilla, didáctica y practica, los nuevos conocimientos.

Con la implementación de metodologías activas e innovadoras en el aula, la aplicación de diferentes estrategias involucran al estudiante para que sea el protagonista de su aprendizaje. En esta experiencia se evidencia el proceso de transformación docente, estudiante-centro educativo y las adaptaciones al currículum. Todo esto a través del proyecto “Innovación Educativa”, Fe y Alegría, que busca contribuir al sistema educativo desde la educación popular, herramientas que faciliten a los estudiantes el desarrollo del pensamiento crítico, reflexivo y potencien sus habilidades sociales.

 “Innovar es cargar con una realidad dura”, señala Carlos Vargas Reyes, director nacional de Fe y Alegría, quien agrega que los docentes han recibido un proceso de formación y aplicación pedagógica por tres años consecutivos. Todo lo que han aprendido lo ponen en práctica para dejar de ser transmisores de contenidos del área, de esta forma buscan convertir a los estudiantes en guías de su propio aprendizaje.

Formar para la innovación es una tarea compleja, mas no imposible; la apropiación en torno a la misma puede facilitarse si se identifican rasgos característicos de las personas innovadoras y se examina cómo pueden ser desarrollados a través de las diversas acciones educativas en todos los niveles de la institución. (I)