Datos de los ministerios del Ambiente (MAE) y de Agricultura y Ganadería, Acuacultura y Pesca  (Magap) señalan que el 47% de los suelos nacionales está en proceso de degradación en Ecuador.

La degradación es una  fase previa a la desertificación (proceso en el que un suelo fértil pierde total o parcialmente su potencial de producción). El Oro, Loja, Azuay, Manabí, Tungurahua, Guayas, Pichincha y Esmeraldas son las provincias con mayor índice de desertificación.

Este problema ambiental se tratará el 17 de junio en la Convención de las Naciones Unidades de Lucha contra la Desertificación.

¿Qué impacto tendrá el encuentro para el tratamiento de la desertificación?

Uno de los temas ambientales más importantes, a nivel de país y región, es la lucha contra la desertificación. Este es un problema grave. En Ecuador el 50% de las tierras está en  proceso de degradación y si no se toman las medidas adecuadas podrían ser desertificadas. Lo que queremos es buscar los mecanismos necesarios que  permitan enfrentar este problema -sobre todo- porque atenta contra la soberanía alimentaria del país.

La cita es parte de las 144 actividades que el país realizará durante junio, declarado como el Mes del Ambiente. Para nosotros es icónico que esta convención se reúna por primera vez en un país latinoamericano, y que ese país sea Ecuador.

Este año la temática por tratar será la Bioeconomía e Inversiones para el Manejo Sostenible de la Tierra.

Otra de las actividades por el mes del ambiente es el relanzamiento de los premios “Punto Verde” ¿Qué busca esta iniciativa?

Es un reconocimiento público que hace el MAE a todas las empresas (públicas y privadas) que tienen nuevas y buenas prácticas ambientales, es como una especie de Óscar a las prácticas ambientales adecuadas.

“Punto Verde” nació como una herramienta para fomentar la competitividad del sector industrial y de servicios, comprometiéndolos con la protección y conservación del ambiente.

En el tema de educación ambiental ¿Qué acciones ejecuta el MAE?

En la actualidad, con el Ministerio de Educación (MinEduc) se trabaja en un acuerdo ministerial para incluir el manejo de desechos sólidos en la malla curricular de las escuelas y colegios del país. Además, a nivel nacional queremos fortalecer los asuntos de índole ambiental con la implementación de la denominada “Estrategia Nacional de Educación Ambiental” que nunca ha existido a nivel de Estado.

Una iniciativa importante que maneja el MinEduc es el programa Tini.

¿De qué forma esta iniciativa ayuda a generar conciencia ambiental en los niños y adolescentes?

El programa consiste en la entrega de un área, que puede ser desde medio metro de tierra o hasta incluso una maceta con tres plantas, a los estudiantes. Ahí, ellos aprenden a desarrollar acciones que cuiden la vida y la biodiversidad, que los beneficien a ellos, a la biodiversidad y a la naturaleza.

El manejo de desechos sólidos sigue siendo un problema en el país ¿Cómo se avanza en esa problemática?

Este no es solo un problema ambiental, sino de salud pública, pues en el país todavía el 50% de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) tiene botaderos a cielo abierto. Sin embargo, tenemos una buena noticia. Hoy, 8 de junio, se declarará a la provincia de Cañar (sur del país) como la primera provincia libre de botadores de basura a cielo abierto. El logro de las autoridades locales. El objetivo no es solo erradicar los botaderos de basura a cielo abierto, sino avanzar hacia un verdadero reciclaje que dé recursos a los más pobres y beneficios, quienes son los que recogen la basura en las calles.

¿Cuál es la posición del MAE frente a la minería que se realiza en el país, específicamente en el caso de Río Blanco, donde ya hay un fallo a favor de las comunidades afectadas?

El MAE tiene una posición clara. Creemos que la minería es necesaria para el país. Por dos razones: produce ingresos que necesitamos y genera trabajo para mucha gente. El caso de Río Blanco nos preocupa mucho porque es una actividad minera industrial a gran escala, que está en fase de explotación inicial, por lo tanto no hay ningún indicio de contaminación, como para que se dé una reacción tan fuerte como llegar a incendiar los campamentos de la minera. (I)