Divorciados se quejan: “No somos cajero automático”
“Nosotros no pedimos, como dicen algunas madres, que se eliminen las pensiones; lo que decimos es que si una mujer recibe una pensión mayor a $ 500, el gasto de ese dinero debe regularse”, explica Fredy Velásquez, procurador síndico de la Fundación Papá por Siempre.
Dicha fundación interpuso un recurso de inconstitucionalidad, frente a ciertos puntos que contempla la nueva tabla de pensiones establecida por el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia y las comisiones Legislativa y de Fiscalización de la Asamblea Nacional.
En el texto del recurso, los padres dicen que ellos no son cajeros automáticos, que tienen derechos a los que no piensan renunciar.
“Necesitamos que se establezca un sistema de rendición de cuentas, porque ese dinero debe ser invertido en las necesidades del niño; la madre es la administradora del dinero, no la dueña”, sostiene, enfático, Velásquez.
Por eso propone que las pensiones mayores a $ 500 pasen a una cuenta especial del Juzgado de la Niñez y la Adolescencia, organismo que se encargaría de entregarlo a la madre, siempre y cuando justifique, con facturas, sus gastos.
Sin embargo, la querella también incluye la tenencia de los hijos y la regulación de las visitas. El abogado considera que no existe coherencia entre la Constitución, el Código Civil y el Código de la Niñez y la Adolescencia cuando se habla de la tenencia de los menores.
Explica que la Constitución coloca a la mujer y al hombre en igualdad de derechos y obligaciones en relación con el cuidado de los hijos. Pero el Art. 104 del Código de la Niñez y Adolescencia establece que cuando los padres no se ponen de acuerdo sobre la patria potestad, los menores de doce años quedarán al cuidado de su madre.
“Los jueces son timoratos y tienen miedo de dar una resolución en contra de una mujer”, asegura. Byron Dueñas comparte ese criterio. Dice que su esposa le hace pagar la infidelidad que marcó su separación, utilizando a su hijo.
“Después del divorcio quedamos en que yo lo podría ver todos los sábados... no voy a negar que fui un mal esposo, pero siempre estuve con Samuel”, se lamenta.
“Cuando llega el sábado quiero salir con el niño y resulta que no están; ella sabe que voy, que es mi derecho, pero no le importa, lo hace para castigarme”.
Velásquez confirma esta situación. “Si un hombre no paga la pensión de su hijo en 36 días, lo pueden meter preso al siguiente en el CDP, con los delincuentes; pero si una mujer no cumple con el horario de visitas, el padre tiene que buscar a la Policía especializada en menores para que ellos notifiquen al juez”.
En ese momento el magistrado ordena el allanamiento del hogar. “En uno de los casos que estoy siguiendo, una madre impidió las visitas del padre durante seis semanas; para llegar a la resolución del juez hemos esperado un mes y medio; durante todo este tiempo el padre, que ha pagado las pensiones puntualmente, no ve a su hijo”.
Los padres que interpusieron el recurso legal esperan que la jueza emita la resolución sobre el caso. “Sabemos que va a ser contraria a nosotros y eso es inapelable, pero nosotros vamos a seguir luchando por esto y por la tenencia compartida de nuestros hijos”.
De la misma forma que se integró Papá por Siempre, en Quito se conformó la asociación denominada Mujeres Indignadas. En varios plantones que ha llevado a cabo la organización paterna, ellas también se han hecho presentes.
Visten un uniforme, conformado por una camiseta blanca y un lazo rojo que representa “el amor para sus hijos…”.
Se llaman así en rechazo al incumplimiento del pago de mensualidades por parte de los padres. Y apoyan firmemente la nueva tabla de pensiones.
Esa es la postura de Janeth Lucrecia Muñoz (36 años), madre de tres hijos (el tercero de ellos corresponde a un segundo compromiso).
Reconoció que su primera pareja ha cumplido con las pensiones para sus dos hijos de 17 y 15 años, pero, según dijo, la situación ha sido diferente con su segundo ex esposo. Hace seis años, inició un juicio por alimentos.
Trabaja como asistente de comunicación en un negocio de comidas y también estudia Sociología en la Universidad Central. Confiesa que su ex pareja se puso al día con las pensiones, sólo después de recibir una orden de prisión.
La agrupación Mujeres indignadas se conformó hace pocos meses, y Janeth es su coordinadora. Para ella, la nueva tabla de mensualidades representa una mayor dignidad, porque antes “los padres daban pensiones miserables”.
Anteriormente, la mujer recibía una mensualidad de $ 55; ahora su esposo paga $ 292 mensuales para la manutención de su hijo. “Lo que recibía no me alcanzaba ni para la pensión del colegio, que cuesta $ 85”, detalla.
Olga Vallejo (33 años), instructora en el Instituto de la Policía Nacional, también integra el grupo. Tuvo dos compromisos y dos hijos, de 12 y 7 años; luego se casó con un español y ahora desea obtener el permiso de su pareja, para que su hijo pueda vivir en Europa con ella.
Debía recibir $80 como pensión mensual, de los cuales $ 50 se obtuvieron como parte de un acuerdo dentro del acta de divorcio ante el juez Décimo Segundo de lo Civil.
Sin embargo, a pesar de que el monto fijado no es alto, hace un año su ex esposo no cancela el valor. Según calcula, le debe $ 960. No obstante, de acuerdo con la nueva tabla, el hombre adeuda cerca de $ 3.000.
Janeth, junto con Lidia Rueda, de 54 años, y dirigente barrial de El Tejar, se encargan de dar asesoría legal a sus compañeras. Por todos los casos que han palpado, coinciden en que las madres presenten un detalle de los gastos a sus ex-esposos, pero consideran que deben hacerlo cada año y solamente con los egresos más importantes, como educación (pensiones escolares, útiles, uniformes, expresos), salud (medicinas, seguros médicos), mas no de otros gastos pequeños.
“Si mi hijo necesita para los pasajes o me pide para un helado, yo no puedo dar factura por esos gastos”, se inquieta Janeth.
Agrega que al momento de fijar una pensión también se tome en cuenta el gasto por servicio doméstico. “Cuando salimos a trabajar jamás se toma en cuenta que debemos encargar a una persona para que cuide a nuestros hijos y, generalmente, nosotras corremos con esos egresos”.