Al caminar por las calles del cantón Chordeleg, provincia del Azuay, se aprecia la belleza de las joyas que sus artesanos elaboran diariamente con sus hábiles manos.

Según las autoridades del cantón, son 206 locales dedicados a la venta de joyas hechas a base de oro y plata. Estos negocios se han levantado dentro de esta ciudad artesanal y forman parte del emprendimiento que tienen sus habitantes.

En los almacenes, uno más atractivo que el otro, se pueden encontrar aros, collares, candongas (aretes), figuras para decoraciones, que son elaborados utilizando la técnica de la filigrana.

Se trata de una forma milenaria artesanal en fabricar finísimos hilos de oro o plata, formando un dibujo semejante a un encaje.

Los orfebres del cantón Chordeleg crean de esta manera piezas únicas que se exhiben y ofrecen a quienes visitan sus locales.

El taller de un joyero en Chordeleg no requiere de mayor espacio: un prensador, alicate, pinzas, soldadura, hilos de oro y plata y mucha paciencia para labrar finas joyas que luego son exhibidas o comercializadas en el mundo.

La familia Jara
Los dedos de Manolo Jara no descansan, se mueven hábilmente y su mirada está fija en la joya que elabora paulatinamente. “Ya llevo 30 años en este trabajo que heredé de mi abuelo y mi padre”, indica.

En su mesa de trabajo, un colibrí de unos 20 centímetros de ancho y 10 de alto, elaborado por él en filigrana, muestra la belleza de la plata y la técnica que utiliza hace decenas de años.

La materia prima que utilizan los artesanos son: la plata, el cobre y las piedras semipreciosas.

Su taller, al igual que otros joyeros, no necesitan amplios espacios; las herramientas constan de un cajón de joyero, taladros, tenazas, crisoles, entenallas (instrumento para comprimir piezas pequeñas), sierras, balanzas, piedra pómez, limas, dados de embutir, pinzas, soplete, laminadora e hileras.

Con estos elementos elabora aretes tipos candongas, pavas, flores; anillos, collares, pulseras, dijes y otros, con la técnica de la filigrana.

A pocas cuadras está el almacén de su hermano Flavio. Él con su familia fueron labrando paso a paso el negocio. Entre sus joyas en filigrana incluye un dragón y un cóndor, el primero valorado en $ 2.500 y el segundo tiene un precio inferior.

Una réplica del dragón fue vendida hace unos meses a un representante de Google que ahora adorna un escritorio en la China.

“Las joyas se venden a muchas partes del mundo, nuestro trabajo siempre ha sido valorado por la belleza, la técnica y la habilidad para construir”, señaló Flavio Jara, quien cuenta que el trabajo realizado con el dragón le tomó más de 8 meses.

“Hay que armarlos por partes, además es un trabajo de cirujano por lo fino que es el hilo de plata”, recalcó.

El jefe político de Chordeleg, Carlos Orellana, anunció que el 30 de octubre se celebran dos años de la declaración de “Ciudad Creativa”.

Indicó que la candonga (aretes) hecha a base de filigrana, sigue siendo el símbolo de la ciudad. “Son elaboradas con finos hilos de plata que los artesanos dan la forma de manera hábil y con paciencia”, destacó Orellana.

Agregó que esta joya logró su fama cuando se realizó el Miss Universo en Ecuador (2004), “desde entonces, la candonga de plata es buscada y apreciada”. (I)