Carmen Aguilar, viuda de Barrionuevo, es la persona que donó el terreno donde  funciona el Colegio Nacional Andrés Bello.

Ella recuerda que en 1970 existía una disputa por el terreno entre la Liga Barrial de El Condado, que quería construir una cancha, y su familia, que deseaba edificar algo más beneficioso para el área.

El Andrés Bello funcionaba en el sector de la Base Aérea, con el nombre de Colegio Nacional Manuel Sánchez. “El plantel se encontraba en malas condiciones”. Ante esa situación la familia conversó con el rector para construir el centro.

Él aceptó la propuesta, pero más tarde surgieron problemas con el municipio. Superados los inconvenientes, el 1 de septiembre de 1972, se cambió de nombre al actual –Andrés Bello-, según acuerdo ministerial.

El 15 de marzo 1973 se legalizó el funcionamiento de los ciclos Básico y Diversificado; y en 1980, la sección Nocturna.

Carmen Aguilar se siente orgullosa porque en estos 49 años el Andrés Bello ha formado buenos seres humanos, investigadores y comunicadores. Está satisfecha de su labor al observar que las instalaciones tienen buenas condiciones. (I)