América Latina redujo la malaria a la mitad en 10 años
Latinoamérica logró reducir la malaria en más de un 50 por ciento en los diez años que lleva funcionando la iniciativa para la erradicación de la malaria (AMI) que se celebran hoy pero los expertos advierten que no hay que bajar la guardia.
"Hemos ganado una batalla pero como siempre lo más difícil después de la guerra es mantener la paz", dijo la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, durante un evento para conmemorar estos diez años de lucha contra la malaria centrada en los países de la cuenca amazónica.
Roses recordó que en 21 países de la región donde la malaria es considerada un mal endémico se ha logrado reducir un 52 por ciento la incidencia y un 69 por ciento las muertes en una década.
Además, según datos de la AMI, en algunos países como Ecuador el número de casos entre 2001 y 2008 se redujo un 95,42 por ciento; el 65,74 por ciento en Colombia, el 56,44 en Guyana y el 43,46 por ciento en Perú.
En este periodo, según Roses, sólo Haití, República Dominicana y Venezuela han experimentado un aumento de casos, aunque desde 2005 también se ha registrado una tendencia a la baja en estos dos últimos países.
"Es un progreso que tenemos que cuidar" señaló en declaraciones a Efe el doctor Jaime Chang, especialista en Salud Pública de la Usaid en Perú, quien advirtió del riesgo de que tanto las autoridades como la población se confíen y "descuidemos el asunto".
"Cuando uno tiene muchos fuegos es fácil abogar para que financien a los bomberos, pero si se pasa tres o cuatro años sin fuego, luego nadie se acuerda de que hay que estar preparados", dijo.
El doctor Chang señaló que hay zonas de los países en las que la transmisión se ha interrumpido "pero todos los factores están todavía allí, los hábitos de las personas, las actividades económicas, las condiciones ambientales", advirtió.
Chang señaló que en comparación con otros países de África y Asia el impacto de la malaria en Latinoamérica está muy por debajo en casos y en muertes, por lo que "con una inversión pequeña estamos en un buen momento para invertir en prevención".
"El objetivo es consolidar los resultados, mantener la transmisión baja y eventualmente lograr una interrupción de la transmisión a largo plazo", afirmó.
En cuanto al futuro, según las investigaciones en curso no cree que vaya a haber un "gran avance" en los próximos cinco años que permita conseguir la vacuna contra la malaria. "Se ha avanzado mucho, pero sí falta un tiempo", dijo apelando a la prudencia, ya que "hemos tenido muchas desilusiones" por lo que "es preferible ser cauto".
"Obviamente es un área en la que se requiere seguir invirtiendo y de ninguna manera hay que bajar la guardia", afirmó.
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam, miembros de la Red Amazónica para la Vigilancia de la Resistencia a los Antimaláricos (Ravreda), crearon en 2001 con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) la Iniciativa Amazónica contra la Malaria (AMI) para prevenir y controlar la malaria en la Cuenca Amazónica.
Chang señaló que esta red, que cuenta con el apoyo de la OPS, es "la única realmente operacional de los programas nacionales de control de malaria que está trabajando en el mundo", no sólo en asesoría como otros programas sino en el sentido más práctico.
"Un centro en un país proporciona apoyo técnico y también sirve como centro de referencia para actividades que se hacen en red" para asegurar la calidad de los procesos del trabajo de todos los países que participan en esta iniciativa.
Esta forma de trabajo en red también ha evitado situaciones de desabastecimiento de medicamentos, que pueden producirse por un consumo inesperado, por un brote o una demora imprevista en la compra, además de lograr un precio más bajo al comprarlos como grupo a través del fondo estratégico de medicamentos de la OPS.
La malaria es trasmitida por un parásito del género Plasmodium, transmitido por el mosquito vector del género Anofeles, hay de 30 a 40 especies de mosquitos que pueden trasmitir la enfermedad, que se da sobre todo en países en vías de desarrollo con climas cálidos.
La mayoría se alimenta durante las horas de la noche por lo que los expertos recomiendan el uso de los mosquiteros impregnados con repelente para prevenir la propagación de esta enfermedad, sobre todo en los grupos de mayor riesgo: mujeres embarazadas y niños.