Los lunes y martes, las clases para los estudiantes de primer semestre de Medicina de la Universidad de Guayaquil no son comunes. Al ingresar a uno de los salones del edificio Palau llama la atención ver que en cada uno de los 38 pupitres reposan ejemplares del diario EL TELÉGRAFO. La escena por un momento hace pensar que se trata de una clase de periodismo, pero a medida que las horas avanzan eso cambia.

¿Qué tema relacionado a la salud pública apareció este sábado?, pregunta a los estudiantes el docente y pediatra César Bravo. No pasa ni un minuto y uno de ellos se apresta a responder.

Pedro Saavedra explica que la noticia trataba sobre una prueba rápida que detecta el virus del ébola en 15 minutos. “Según la OMS la prueba tiene un rango de detección de 92% en pacientes infectados y 85% de los no contagiados”, dice con precisión el futuro médico, mientras sus compañeros guardan silencio y otros hojean el diario.

Bravo, quien imparte la clase de Metodología de la Investigación,  desde hace un mes usa EL TELÉGRAFO como soporte didáctico. Destina media hora para la lectura de las publicaciones concernientes a la salud que aparecen los sábados y domingos en el rotativo.

A medida que los minutos transcurren el interés de los estudiantes por participar aumenta cuando Bravo hace otra pregunta: “¿Qué tema les interesó sobre lo que leyeron este fin de semana?”. “El suicidio relacionado con el asperger”, contesta Óscar. Posteriormente su respuesta se convierte en una  dinámica conversación, en la que otras interrogantes aparecen. “¿Había leído antes qué era asperger?”. “Sabía que solo era un trastorno”, dice el joven. “¿Y qué sacas de la lectura del sábado?”. Óscar expresa que son chicos que no se pueden relacionar fácilmente y aquello compromete el desarrollo personal. “Una madre contaba cómo a su hijo de 11 años le decían que no era normal”.

Bravo señala que el uso del diario es un incentivo más eficaz. “A diferencia de enviarlos a leer un libro, la lectura de un periódico es más breve; y a veces los textos no reflejan situaciones actuales. El diario, además de hacerlos críticos, los ayuda en el interés de que los estudiantes, de forma temprana, tengan contacto con la profesión que vayan a elegir”.

Samizath Cazar admite que antes no estaba acostumbrada a leer los diarios, pero ahora con la iniciativa en clase sí hay un interés. “Los temas que tratan en EL TELÉGRAFO están relacionados con la medicina actual y eso nos hace querer seguir preparándonos; además, nos ayuda con otras materias. Quizás como metodología no tiene mucho que ver, pero en lo que respecta a temas de la diabetes, cáncer en mujeres y otros, nos pone al tanto de todo”.

Mishell Cabeza, de 19 años, también destaca la propuesta didáctica. “Es verdad que hay muchas personas tímidas a las que les cuesta hablar, pero el doctor nos ayuda para que, mediante la lectura, perdamos ese temor y poder expresarnos. Me gusta porque aquí no se trata de dar conceptos exactos, no nos limita, sino que hacemos un análisis y de esa manera aprendemos más. Hay compañeros que ya se han suscrito a EL TELÉGRAFO de lunes a domingo”. Agrega que leer la mantiene actualizada sobre las nuevas nomenclaturas y la incentiva a investigar más temas.

Para Bravo, la cultura de investigar en los estudiantes les puede resultar árida, pero con la lectura de los diarios esto les da un escenario diferente, más dinámico, estimulante, y lleno de más información.

Durante el mes que lleva la iniciativa ya se registran anécdotas, contadas por los propios estudiantes. “Un fin de semana llamaron la atención de sus padres al tener varios diarios encima de la cama y estos pensaron que buscaban algún departamento o empleo”, cuenta el docente.

¿Cuántos de los 38 estudiantes leyeron un diario antes? Solo 10 alzaron la mano. El uso de los periódicos como herramienta didáctica no es nuevo en otras partes del mundo. En Canadá hay un proyecto desde 1975 que anima y apoya el uso de la prensa en la clase para promover la instrucción y como recurso de enseñanza. Hoy hay más de 800 colegios canadienses que utilizan la técnica.

El docente Bravo asegura que insistirá en su metodología y que se replicará en futuros cursos y con otros alumnos de Medicina.