LA MAYORÍA DE LOS MARISCOS SE DIRIGEN A CUENCA, LOJA Y ZAMORA CHINCHIPE
La pesca es el motor de desarrollo de Puerto Bolívar
Desde las 6:00 y desde varios muelles, considerados pequeños por los pescadores, se realizan cientos de embarques y desembarques. Del filo costero de Puerto Bolívar, provincia de El Oro, también se observa partir una a una las embarcaciones de madera o fibra de vidrio que se dirigen a su faena diaria.
Los motores fuera de borda se prenden para poner a punto el recorrido de un viaje que dura 2 horas por el Golfo de Guayaquil.
Entre los tripulantes de las embarcaciones está Felipe Chero, quien esperaba a su ‘plomero’ (acompañante) para emprender su jornada. “Nos vamos a pescar corvina, estamos en temporada y esperamos tener suerte”, dice el artesano, quien debe recorrer 7 millas náuticas para llegar al punto de pesca. Allá, en mar abierto, la faena es dura, para traer los mariscos al puerto; deben sortear grandes olas, mala señal de teléfono móvil y peligrosos piratas.
Pese al riesgo y a la dureza del trabajo, la pesca artesanal en El Oro representa un significativo aporte a la economía provincial, no solo por la extracción de especies sino también por la comercialización en mercados internos y externos.
En El Oro los pescadores prefieren especies como la cachema o corvina (Cynoscion spp.) una de las especies de mayor acogida y consumo en el mercado interno, el robalo, entre otras.
Gilberto Bermúdez, comerciante de pescado en el Puerto, comenta que los mariscos de esta zona van a parar, en su mayoría, a los mercados de Cuenca, Loja y Zamora Chinchipe.
En Puerto Bolívar cada pescador puede ganar hasta $ 100 diarios, dependiendo de la ‘suerte’. “Hay días en que cogemos hasta 4 quintales de cachema, nos hacemos la plata, pero hay otros en que vamos para atrás, ni para la gasolina alcanza”, dice uno de los pescadores.
Lo cierto es que en los pequeños muelles orenses se embarcan toneladas de pescado y camarón para llevar a la Sierra sur, donde se vende el marisco a buen precio, según explica Rigoberto Merchán, quien se dedica a este negocio desde hace 15 años.
La pesca y recolección de conchas son oficios que se heredan
El boom del banano en la provincia de El Oro provocó una movilización social en la década del setenta, trabajo agrícola que se complementó con actividades pesqueras, de recolección de conchas y cangrejos.
Tanto la pesca como la recolección de conchas, son oficios que pasan de generación en generación, aunque en algunas familias van desapareciendo paulatinamente, en otras, son considerados tradiciones que no deben desaparecer. “Ser conchero no es un oficio que produzca mucho dinero, pues la concha no siempre es pagada a buen precio”, comenta Pedro Cruz, quien abandonó el oficio hace 2 años.
En el caso de este hombre, él realizaba este trabajo como algo complementario a su primer oficio, era estibador portuario desde hace ya más de 30 años, asegura que por ese entonces, en la década de los ochenta, el trabajo era bien pagado en sucres.
La recolección de concha pasó a ser otra fuente de ingreso, pues aseguró que antaño existía una gran cantidad de este producto, pero también comentó que la recolección tuvo una caída en 2008, pues las conchas se estaban acabando.
En Machala y Puerto Bolívar se aspira a implementar los equipos para fortalecer el trabajo en pesca artesanal, criaderos de engorde y producción de concha; selección, repoblación, crianza y reproducción de cangrejo rojo y proyectos para la comercialización de pulpa de concha.
Según los propios pescadores, años atrás la pesca artesanal se veía amenazada por la existencia de los ‘bolicheros’ (barcos de gran tamaño), que a decir de los pescadores artesanales, entendidos en la materia, capturaban hasta 30 toneladas, invadiendo su territorio.
Pese a ello, la pesca artesanal dentro de la parroquia porteña no ha disminuido, por el contrario, ha aumentado pues es un trabajo que pasa de generación en generación. Lo que sí argumentan ahora los pescadores es que por diferentes factores, ya sean climáticos o de contaminación, la captura de peces ha disminuido.