Biblián sufre por los actos de pandillas
La muerte de dos jóvenes el mes pasado y las grescas callejeras que se dan a todo momento entre las pandillas mantienen en zozobra a los habitantes Biblián. Si bien este problema no es nuevo, los enfrentamientos entre los grupos rivales, integrados principalmente por hijos de migrantes, se han acentuado en los últimos días.
Según los testigos de estos incidentes, así como la Policía, los incidentes se dan entre tres o cuatro pandillas formadas por jóvenes que van desde los 13 años hasta los 19 años. La presencia de estos adolescentes en las bandas estaría ligada al abandono por parte de sus padres, regularmente hacia los Estados Unidos, en calidad de emigrantes.
En muchos de los casos, los progenitores no han regresado a ver a sus hijos y tan solo se limitan a enviarles dinero.
Ello es aprovechado por los jóvenes para comprar y consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes. “Consideramos que una de las principales causas es la migración”, aseguró Romeo Gárate, fiscal provincial del Cañar.
Según la autoridad, el abandono tanto del padre o de la madre deja a los niños o a los jóvenes en una situación vulnerable. Esa soledad -añadió- los empuja a buscar formar parte de un grupo, adoptando conductas y malas acciones aprendidas para ser aceptados en ese círculo.
Hace unos 18 meses, la entidad, conjuntamente con la Policía Judicial, obtuvo información importante sobre una de las organizaciones más grandes del cantón. Tras un seguimiento a los líderes, comprobarse sus delitos y posteriomente ser juzgados, se dictó una sentencia condenatoria contra uno de sus miembros.
En esa oportunidad, sostuvo, se dio una leve disminución de los hechos delictivos. No obstante, en los últimos meses la situación en el cantón cambió y se ha vuelto más preocupante a raíz del hallazgo de dos cadáveres en la orilla del río Burgay en la parroquia Sageo.
Uno pertenecía a un joven de 23 años y el otro es de un muchacho de 19, las causas de los decesos son investigadas por las autoridades respectivas.
Según la Fiscalía, los padres de ambos residen en el extranjero. Además, se presume que uno de ellos pertenecía a la agrupación juvenil denominada “Diablos Rojos“. “Por el momento estamos determinando si las dos muertes corresponden a hechos delictivos”. indicó el fiscal.
Estos hechos y las constantes peleas entre los diferentes bandos han provocado que el miedo se apodere de la población, que opta por encerrarse en sus viviendas desde las 20:00, aproximadamente. “Desde las ocho de la noche ya no hay ninguna persona en la calle, por la inseguridad en que vivimos últimamente”, dijo Hilda Buestán, quien aseguró que las pandillas dominan todo el cantón. “Hasta la Policía se siente intimidada”, comentó.
La principal preocupación de los habitantes es que más jóvenes se integren a estos grupos, pues en la mayoría de los casos obligan a nuevos adolescentes a ser miembros de la organización. “Y como ellos no aceptan y se resisten, también los agreden”, manifestó un morador, que no quiso ser identificado por temor a que puedan tomar represalias los integrantes de estos grupos.