Moradores y funcionarios difieren en el tratamiento de los problemas
En el cantón Mira, 4 comunidades piden mejoras para sus vías
María Leonor Congo lava algunos trastes con el agua que guardó en un tanque de su lavandería. Su casa está a un lado de la carretera asfaltada, una línea negra que contrasta con el resto de la comunidad, donde todo se asienta sobre tierra seca.
En una de las habitaciones está su nieta, descendiente de la única hija que vive en Santa Ana, los otros 7 hijos radican en Quito.
El último nieto que dejó el hogar se marchó a la capital y trabajó en una fábrica de juguetes antes de ser aceptado en el Ejército.
Para la mujer la ausencia de sus seres queridos es causa de dolor permanente. Sus problemas son también una compilación de la realidad que comparten 4 comunidades de la parroquia La Concepción, cantón Mira: Santa Ana, Estación Carchi, La Convalecencia y La Loma: falta de agua potable, mal estado de los caminos, migración y escasez de fuentes de trabajo.
En cada comunidad, las problemáticas se viven con diversos matices, pero confluyen en una esperanza: que algún día lleguen las obras municipales.
Los protagonistas de estas historias, son una parte de los 2.871 habitantes registrados por el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (Inec) en 2010, en La Concepción, la parroquia rural más poblada de Mira.
Pero a nivel de comunidades, es más común manejar el número de familias que habitan en ellas. De esta forma, Estación Carchi acoge a 33, La Loma está habitada por 86, en Santa Ana hay 92 y en La Convalecencia, viven aproximadamente 26. En total, 237 familias que se quejan de falta de obras.
¿Cómo viven estas familias? Para responder a la pregunta hay que visitar los 4 sitios. Al salir desde Mira, se accede a ellos por la vía alternativa a la Costa.
Para llegar a Santa Ana, se toma 45 minutos por la carretera habilitada hace un año por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). En el trayecto se desciende de 2450 a los 1373 metros sobre el nivel del mar (msnm), con una que otra curva difícil de sortear y con escenas que muestran el secado de fréjol en el carril norte-sur.
El viaje por la carretera asfaltada no trae mayor inconveniente. Lo difícil está en recorrer los caminos del interior: tierra, piedras, baches. La carretera en buen estado solo llega hasta la entrada de los pueblos. Para recorrer la comunidad es necesario contar con buenos zapatos o vehículo 4x4. Los caminos de acceso son solo el primer problema con el que se encontrará no solo en Santa Ana, sino en todas las comunidades.
Trasladarse de Santa Ana a La Convalecencia serán necesarios 15 minutos. El camino principal es de tierra y piedra, y hay grandes huecos que sortear. En algunos tramos las vertientes de agua corren por el camino, formando charcos y lodazales.
Desde La Convalecencia hasta Estación Carchi el recorrido demora 25 minutos. Aquí nuevamente, regresa la vía asfaltada que igualmente termina en la entrada del pueblo, y que se mezcla con ciertas zonas adoquinadas. Para concluir el periplo y conocer las cuatro comunidades, hay que trasladarse a La Loma.
Son 10 minutos de viaje que le permitirán llegar al lugar. El sendero de acceso es empedrado, y el camino que permite internarse en el pueblo es solo de tierra.
Respecto a esta problemática, el licenciado Ángel Chalá, presidente de la Junta Parroquial de La Concepción, aseguró que se ha firmado un convenio con la Prefectura de Carchi para solucionar la falta de caminos vecinales adecuados. Además, mencionó que la Junta Parroquial contrató maquinaria y a microempresas de mantenimiento vial para el efecto.
En este contexto, la Prefectura de Carchi informó que el pasado 20 de abril se concretó esta alianza. El mantenimiento rutinario del camino vecinal de 46 km que pasa por la cabecera parroquial, Estación Carchi y La Convalecencia, costará $ 38.583,83. El Gobierno Provincial aportará con $ 27.008,68 y la contraparte de la Junta Parroquial asciende a $ 11.575,15.
Del agua entubada a la potable
“Ahorita no hay”, dice María Leonor. Ella había recogido el agua en su lavandería, porque cortaron el servicio temporalmente. Supone que los obreros trabajan cerca de la fuente, pero que no tardarán en restituirles el servicio.
Sin embargo, se muestra contenta por los avances del proyecto de agua potable: “Están ya tapando los tubos. Eso ya es lo último (…) Nos da gusto tomar limpiecita el agua”. Su emoción es comprensible: actualmente usa agua entubada, y hasta hubo un momento en el que tuvieron que usar agua de regadío.
Desde que se descubrió un ojo de agua cercano a la comunidad, Luis Quiñaliza, vicepresidente del cabildo de Santa Ana, inició las gestiones ante la anterior administración de Mira.
Dice que no obtuvieron ayuda, pero, según la rendición de cuentas de 2011, el Municipio invirtió $11.256 en el sistema de agua potable. Solo fue en diciembre de 2014, que la directiva de Santa Ana pidió a Jaime Vergara, dueño de la hacienda de La Concepción, la donación de un terreno de 200 metros cuadrados.
Este sería utilizado para construir “un nuevo tanque de reserva y distribución con su sistema de tratamiento”, un proyecto auspiciado por el Municipio de Mira, la Junta Parroquial e Instituto de Ecología y Desarrollo de Cayambe (Iedeca). (I)
Datos
En Estación Carchi, sus habitantes consumen agua entubada. Armando Salas, morador del lugar, cuenta que hace poco falleció el encargado de limpiar las tuberías.
El líquido contiene cal. Aquí son los propios usuarios quienes cumplen con esa labor en sus casas. Salas agrega que si bien el agua que reciben no ha causado enfermedades, esta contiene una carga de cal.
“Si usted no hierve el agua, es muy mala”, es la recomendación que le han hecho los médicos a Miguel Ángel Pineda, quien vive en la comunidad La Convalecencia.
En esto coincide otra moradora, Elena Cevallos, que reclama la falta de un encargado de la limpieza del sistema de distribución. Explicó que tienen un aguatero, pero que no cumple con su trabajo de forma responsable.