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Entrevista / Carlos Villalba Sevilla / coordinador del comité de acreditación canadiense
44 hospitales buscan la acreditación canadiense
El Hospital San Vicente de Paúl está en proceso de obtención de una acreditación canadiense, la cual establece estándares para mejorar la calidad de atención que se otorga a los pacientes y a sus familiares.
Carlos Villalba Sevilla, médico coordinador del Comité de Acreditación Canadiense y Analista de Gestión de Calidad de esta unidad de salud, habló sobre el tema.
¿Cómo surge la idea de la acreditación?
Como una iniciativa del Gobierno ecuatoriano que, a su vez, contrató a una organización experta a nivel internacional, que es Acreditación Canadá, una fundación que realiza evaluaciones para certificar a instituciones de salud.
¿En qué consiste el proceso de acreditación?
Dentro del mejoramiento de la calidad, la acreditación es una herramienta para desarrollarse continuamente. Es un eslabón más sofisticado que el licenciamiento de las unidades de salud.
¿Cuál es la diferencia entre el licenciamiento y la acreditación de hospitales?
El licenciamiento es el cumplimiento de los requisitos mínimos necesarios para que un hospital pueda brindar atención a los pacientes. La acreditación es el cumplimiento de estándares de calidad, reconocidos a nivel internacional, como un proceso continuo para brindar mejor atención.
¿Cuáles son los parámetros de la acreditación canadiense?
Técnicamente se dividen en ámbitos de mejora, los que incluyen la seguridad de los pacientes; que el personal de salud esté trabajando de forma adecuada y que posea lo necesario para poder laborar; que la institución cumpla con estándares básicos de equipamiento e infraestructura y que se realicen prácticas médicas seguras para brindar mejor atención a los pacientes.
¿Cuál ha sido la incidencia de esta política de salud?
La acreditación despertó mucho interés en el personal; además, se han adecuado actitudes, prácticas y conocimientos a la realidad de nuestra institución y la realidad de la población a la cual se sirve. También, existe el hecho de motivar a una cultura de cambio de actitud por parte del personal, ya que no solo en salud, sino en todos los ámbitos de trabajo, se tiene la tendencia de entrar a una rutina, y muchas veces esa rutina nos lleva a cometer fallas, errores.
¿Cómo se rediseñó el organigrama estructural de la institución?
Tenemos una directriz básica desde el Ministerio de Salud sobre la organización de los hospitales de todo el país de acuerdo con los niveles y la capacidad resolutiva; el hospital ha tenido que ajustar su estructura orgánica-funcional para responder a la normativa general y a las exigencias actuales de una casa de salud que sea más eficiente y que posea mejor calidad de atención.
¿Cuáles son las nuevas funciones que desempeña el grupo profesional y de trabajadores?
Además de las habituales, se han implementado funciones nuevas, como el compromiso directo con los pacientes, es decir, brindar calidez y preocuparse de que sus problemas de salud sean resueltos. Por otra parte, las funciones del grupo de trabajadores se basan en brindar seguridad, orientación, asesoría y educación a los familiares de los pacientes para que esta sea una atención íntegra.
¿Cómo percibe usted la actitud de los funcionarios frente a este período de transición?
El personal ha tenido una actitud positiva, ya que todo este proceso ha sido un autoaprendizaje. Gracias a esta actitud se lograron buenos resultados en estas nuevas prácticas y actitudes de trabajo, que están orientadas a temas de calidad.
¿El hospital cuenta con instrumentos para supervisar las actividades?
Con el apoyo de la organización canadiense se han diseñado una serie de instrumentos, otros los hemos adecuado a nuestra realidad. Hay instrumentos de monitoreo y seguimiento de los estándares de acreditación, de planificación operativa de mejoramiento de la calidad en cada uno de los servicios y unidades administrativas, entre otros. (I)