La veda terminó y el comensal regresó (Galería)
Desde que finalizó la veda del cangrejo, a mediados de septiembre, los propietarios de los restaurantes y los comensales celebran que este crustáceo haya regresado a la mesa. En Machala hay varios locales que se especializan en su preparación. En el restaurante La Cangrejada Marthita, ubicada en la prolongación de la avenida 25 de Junio, la actividad no cesa. Allí se preparan alrededor de 120 cangrejos al día y los clientes provienen de diferentes regiones de la provincia de El Oro.
Janeth Pogo, quien trabaja en este local, indica que mientras duró la veda optaron por servir platos a la carta que incluyeron todo tipo de mariscos. Sin embargo, —comenta— la gente lamentó la ausencia de este crustáceo en los platos y las ventas se redujeron de manera significativa.
Por otra parte, en el muelle de Puerto Bolívar se incrementó el precio de la sarta de cangrejos de $ 1 y $ 3. Según los vendedores el alza no se mantendrá por mucho tiempo, pues el ajuste en el valor se dio por el aguaje. Apenas culmine, el precio se reducirá nuevamente.
Un recogedor trae un promedio de 4 sartas de cangrejos, las cuales contienen entre 12 y 20 crustáceos, pero debido al aguaje consiguen máximo 2 sartas. Mientras que una sarta que contiene 20 crustáceos de aquellos que se conocen como ‘pata gorda’ se comercializa por $ 25 cuando antes tenía un valor de $ 23.
En la provincia de El Oro, hay alrededor de 420 cangrejeros agrupados en 8 organizaciones, de las cuales 5 están dedicadas a su captura y expendio.
En los restaurantes de Manta
El cangrejo no es un marisco indispensable en la gastronomía manabita, pero con el transcurso de los años ha conquistado el paladar de sus habitantes y, por supuesto, de los turistas que visitan esta ciudad. Hoy en día, los amantes de este crustáceo pueden tener entre sus manos un carapacho lleno de esa exquisita carne blanca y la tradicional pata gorda.
En las marisquerías se venden diversidad de platos, entre ellos los ceviches, cuyas variedades incluyen a este crustáceo. Sin embargo, en la urbe es difícil encontrar cangrejales, ya que en la localidad no hay manglares cercanos. El único está ubicado en Crucita, pero en el sitio está prohibido pescar. Así, quienes venden cangrejo en sus restaurantes, en su mayoría, lo consiguen en Guayaquil.
David Pasquel y su esposa, Katherine Santos, decidieron cambiar el mercado cangrejero en la ciudad y hace 6 meses abrieron El Crustáceo Cascarudo, restaurante cuya especialidad son los cangrejos criollos. “Antes había personas que se dedicaban a cocinar cangrejos y los entregaban a domicilio. Nosotros tenemos no solo cangrejos criollos, sino platos como el viche de cangrejo, ceviche de cangrejo, carapachos rellenos y otros, explica Pasquel.
Una de las estrategias para apuntalar su negocio —indica— es que no solo venden cangrejos, sino también mariscos. “Qué pasa si solo el papá come cangrejos y no el resto de la familia. Por eso, tenemos más platos”. María Fernanda Zambrano dice que solo podía saciar sus ganas cuando viajaba a Guayaquil, pero la situación cambió. “Vengo regularmente y directo pido los cangrejos criollos”. Los fines de semana, el plato más vendido es el viche de cangrejo, que tiene un costo de $ 6.50. “Este plato está espectacular, de seguro regreso el otro domingo por la repetición”, comenta Juan Gabriel Sánchez, quien probó, por primera vez, este caldo.