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Pocos conocen que la alcaldía de quito está replanteando la solución vial guayasamín para incluir el transporte público

Los vecinos de Bolaños, obligados a caminar

La manabita Karen Muñoz, quien recorre a diario la antigua vía a Cumbayá, asegura que el sector no es peligroso, lo que facilita la circulación.
La manabita Karen Muñoz, quien recorre a diario la antigua vía a Cumbayá, asegura que el sector no es peligroso, lo que facilita la circulación.
Foto: Mario Egas/El Telégrafo
26 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

Son las 08:40 del jueves y Pedro Cuchipe debe regresar al barrio Bolaños porque olvidó unos documentos necesarios para su trabajo. El lugar se ubica a la salida del túnel Guayasamín, en una ladera de la vía Interoceánica (en el oriente de Quito).

Para atravesar de un lado al otro del viaducto hay, por lo general, 4 opciones: transitar por el interior del túnel, caminar por la antigua vía hacia Cumbayá, cerrada al tránsito vehicular hace años por la destrucción de la calzada. También se puede jalar dedo (hacer auto stop) o tomar un taxi.  

El uso de buses es imposible desde 2005, cuando fue inaugurado el túnel y ese tipo de transporte dejó de circular por el área.

Pedro tuvo que caminar porque a esa hora aún estaba habilitado el contraflujo que se aplica en las mañanas en sentido oriente-occidente (de subida desde Cumbayá).

Optó por hacerlo por la antigua vía porque “el cruce del túnel es pesado, aunque algunas personas lo hacen. Son 25 minutos de recorrido (vieja calzada). Cuando es verano es tranquilo pasar, pero cuando llueve es un problema por el lodo”.

Se deben esquivar la basura y las rocas, soportar los malos olores provenientes de la quebrada, subir chaquiñanes y extremar la precaución al caminar. “Si vas borracho es mejor no venir por aquí”.  

No es el único habitante cuya vida se complicó por la restricción del paso de buses hace 11 años.

Jenny Llumiquinga, por ejemplo, dejó su trabajo y con unos pocos ahorros optó por instalar una tienda en el propio barrio. En tanto, la manabita Karen Muñoz recorre diariamente de ida y vuelta la antigua vía para dirigirse a su trabajo en Llano Chico, en el nororiente de la ciudad.

Una sola vez cruzó por el túnel. “Hay un ruido exagerado y el esmog es demasiado. Uno sale de ahí apestando a humo y mareado”.

Camina porque rodear la ciudad hacia el norte para llegar a su destino le tomaría demasiado tiempo y gastos extras. Ninguno de los mencionados estaban enterados hasta ayer de los cambios anunciados por la Alcaldía del proyecto Solución Vial Guayasamín y que incluyen la creación de infraestructura para la circulación de transporte público por la zona.

En principio están de acuerdo con ello, pero Cuchipe afirmó que hubiera sido mejor que estos elementos hubiesen estado contemplados desde el inicio.

El paso de buses no fue incluido en el proyecto inicial, a pesar de que el informe de la Secretaría Metropolitana de Movilidad, del 10 de marzo, lo recomendaba.

Otro tema que aún inquieta a los moradores del barrio Bolaños es la falta de información sobre si la construcción de la obra, que empezó el 5 de abril, los afectará.

Teresita Quitiquez, cuya casa está a pocos metros de la salida del túnel, reclama por la falta de socialización sobre el tema.

Dijo haberse enterado de que uno de los puentes previstos “se robaría” 650 metros de su predio. “Vamos a tener buses, pero si nos mandan de aquí, para qué me va a servir eso”, manifestó. (I)

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