La ciudad acopla su oferta turística al calendario religioso
El padre Eduardo Navas, rector de la Basílica de Nuestra Señora de La Merced, cuenta que Serafín, un sordomudo afroecuatoriano, fue el último relojero que tuvo la iglesia quiteña hasta hace unos 70 años.
El relato lo hace en la parte más alta del templo, que alberga la campana más grande de Ecuador. Según el sacerdote, aunque no se conocen con precisión las dimensiones ni el peso del instrumento metálico, hay quienes aseguran que hasta las primeras décadas del siglo pasado, su tañer podía escucharse en zonas tan alejadas como Machachi (suroriente) y El Quinche (nororiente).
“Eran otras épocas, había menos edificios y menos ruido, por lo que el sonido podía viajar con facilidad”, afirma el religioso.
El campanario colonial y otros rincones del convento mercedario, hasta ahora vedados al público, serán visitados este fin de semana y el próximo por casi 300 personas previamente inscritas en los recorridos.
El producto, creado por la empresa municipal Quito Turismo a propósito de la Navidad, contempla, además, el ingreso a zonas interiores de los monasterios de Santo Domingo, San Agustín, Santa Clara, El Carmen Alto y El Carmen Bajo, todos en el Centro Histórico (ver gráfico).
El guía Julio Rivas cuenta que algunas personas todavía conservan la tradición de llevar presentes, sobre todo canastas con huevos, a cambio de rezos a las religiosas franciscanas de clausura que viven en el interior de Santa Clara. Algo que practican principalmente las novias para lograr que no llueva el día de la boda y que el matrimonio sea feliz.
El sitio, señala Rivas, tiene en su techo una cúpula tipo pucará, inspirada en El Panecillo.
En El Carmen Alto, convertido en museo y abierto al público este mes al cabo de 360 años, los visitantes podrán observar, entre otras cosas, el pesebre de más de 500 piezas que arman desde hace siglos las habitantes del lugar.
Lo anterior forma parte de la estrategia municipal de crear rutas turísticas temáticas en las distintas épocas del año con el fin de incrementar el número de visitantes.
Ello ocurrió, por ejemplo, en noviembre pasado, cuando se organizaron recorridos por los cementerios indígenas y católicos a propósito de la época de Difuntos y que incluían teatralizaciones de ritos funerarios y leyendas capitalinas.
Algo similar se prevé que sucederá en la Semana Santa del próximo año, aprovechando las tradiciones de ese período.
De hecho, la oferta de actividades para la actual época navideña se muestra extensa.
Así, en la tradicional calle La Ronda se podrá aprender, del 15 de diciembre al 6 de enero, sobre decoración de galletas. Mientras que el próximo viernes, la iglesia del barrio San Marcos servirá como escenario del I Festival de Coros Navideños. Asimismo, diversos puntos de la zona colonial quiteña acogerán desde este domingo hasta el 24 de diciembre, el rezo de La Novena.
Todo esto porque el Cabildo busca la consolidación de los viajes de interés cultural, mediante la apertura de nuevos esquemas, según Patricio Gaybor, gerente técnico de Quito Turismo.
Y dentro de esos planes está el fomento del turismo religioso. “Quito tiene un potencial enorme en ese sentido. Hemos explotado el Centro Histórico, pero no ciertas particularidades que posee tales como recorridos específicos por iglesias o la asistencia a eventos religiosos del año”, afirma Gaybor.