La economía no perdona
Desde el macrismo los resultados de las primarias no solo significan irreversibilidad de la contienda para octubre, también es un hecho histórico. Es irreversible porque Macri ni al sumar sus votos y de los otros candidatos alcanza a la oposición. Es histórica porque es la primera vez que una elección se sentencia con tal grado de contundencia en las primarias.
¿Cuál es la explicación de esta derrota tan profunda? Macri asumió un país con una economía con restricciones cambiarias. La fuga de divisas fue una constante desde el inicio del segundo mandato de Cristina, mientras un proceso inflacionario se ponía en marcha. Sin embargo, la sostenibilidad de la deuda estaba asegurada. Bajo este contexto y las promesas de campaña de 2015, Macri estableció “abrir la Argentina al mundo” y para ello entabló fuertes relaciones con organismos internacionales.
El principal organismo internacional en visitar Argentina fue el Fondo Monetario Internacional (FMI). La carta de intención señalaba la reducción del déficit fiscal para promover la sostenibilidad fiscal en el mediano y largo plazo, a pesar de que esto significara menor crecimiento económico.
El presupuesto a la educación, a la salud, a los principales institutos y centros de investigación científica y a los subsidios a la clase más pobre fue mermado drásticamente. El crédito barato se volvió un imposible para las actividades productivas, síntoma de la restricción monetaria impuesta por el Banco Central para contener la inflación y la especulación con el dólar, compromiso con el FMI.
Si se quiere explicar los 15 puntos de ventaja de los Fernández, la política económica macrista es la respuesta. La economía no perdona y los resultados lo evidencian: Argentina es un país sobreendeudado, la inflación se mantiene en el 45% con la amenaza de llegar a los 50 puntos y la pobreza explotó en los últimos trimestres.
Por lo tanto, ¿qué puede hacer Mauricio Macri si quiere obtener la reelección? Romper frente al mundo, pero, sobre todo, a los ojos de su pueblo la carta de intención con el FMI e imponer una nueva política económica. (I)