Análisis
Hora 25, al servicio de Lasso-Páez
Si Fernando Villavicencio no estuvo entre los asesores de Andrés Carrión para la entrevista con el vicepresidente Jorge Glas, por lo menos usó los mismos argumentos, supuestos documentos y hasta el tono para asegurar algo que no le consta, algo que jamás evidenció con pruebas.
Y con eso, por supuesto, quedó marcada la diferencia: para Andrés Páez, Carrión tuvo un tono amable, una sonrisa y unas licencias demasiado obvias: en el segundo bloque le dejó hablar siete minutos sin interrupción mientras el compañero de Lasso ‘exhibía’ papeles que nunca permitió leer a su supuesto entrevistador.
A Glas no solo le interrumpió sino que sobre él emitió juicios de valor, afirmaciones con base en prejuicios y dejó sentado que por más documentos o pruebas que presentara ya no importa.
Y en tres ocasiones Glas dijo: “Es falso” y Carrión sonreía. Con su actitud asumía que su palabra o criterios correspondían a una expresión general, popular o por último consagrada en algún altar al que el supuesto entrevistador se debe, casi como su presidenciable al Opus Dei.
¿Por qué con uno fue incisivo y con otro dejó pasar todo? ¿En el apuntador (aquel aparato que le indica los tiempos y también le advierte lo que debe decir) le dijeron: “Déjale hablar a Páez”? ¿Y no fue muy evidente para quienes saben de televisión que cuando Glas mejor posicionaba sus temas el apuntador insistía en no dejarle hablar, que le parara?
Está más claro que nunca que tanto Teleamazonas (con su noticiero e Hinostroza incluidos), como Carrión y su talante supuestamente periodístico -además de la producción de los reportajes que locuta Martina Vera- son parte del aparato político y mediático que trabaja para una candidatura, aunque digan y se rasguen las vestiduras defendiendo una supuesta independencia y un aparente trabajo neutral profesional.
Con todo esto, el domingo pasado demostró su inclinación política, tal como ocurre con Ecuavisa, La Hora, El Comercio, El Universo, Expreso y todos los blogs y portales web que financia el aparato bancario del Superministro de Jamil Mahuad.
Si la televisión es show y buena parte de su existencia obedece a esa lógica, para Carrión poco cuenta. Más que show, entretenimiento y atención para el televidente, al entrevistador de Hora 25 le interesa cómo favorecer a su candidato.
Por eso la amabilidad con Páez; poner de preguntador a Patricio Jijón para que afirme desde su militancia con Lasso antes que como supuesto jurista. Y por eso se entiende también que la presencia de Glas sería para repetir el libreto que, por más de cuatro años, construyeron Villavicencio, Focus y Mil Hojas. (O)