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El Telégrafo
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Análisis

¿Fraude? ¿A favor de quién fue?

¿Fraude? ¿A favor de quién fue?
Foto: EL TELÉGRAFO
24 de febrero de 2017 - 00:00 - Redacción Política

Cerrado el escrutinio presidencial caben algunas dudas: el escándalo para denunciar un supuesto fraude tuvo un propósito político, que deberá investigarse a fondo. ¿Cuál era? ¿Acusar de fraude al CNE para ocultar el perjuicio a la mayor fuerza política y la ganadora de esta última elección?

No es nada casual que el 14 de febrero último Guillermo Lasso reúna a su equipo de “control electoral” y revele que ha trabajado 5 años en eso, invertido mucha plata y cuente con más de 40 mil personas para actuar el 19 de febrero. Los videos de esa reunión están a la mano del público y de quienes frecuentan las redes sociales. Por tanto, no se trata de una elucubración.

Lo sospechoso es que esos mismos militantes, empleados o “voluntarios” ya salían desde la noche del 18 y en las primeras horas del 19 a “denunciar” la existencia de papeletas marcadas. No olvidemos tampoco el escándalo de César Monge, la noche del 18 en el Centro de Convenciones de Guayaquil cuando supuestamente el Municipio de esa ciudad habría intentado sacar a la gente de CREO. Y ahí reveló que en realidad tenía montado el aparato enorme y costoso de “control electoral”.

Ahora Nebot apoya a Lasso. Los dos son la base para la segunda vuelta y ninguno de ellos habla de fraude en su contra porque tenían el aparato logístico y humano para verificar si se podía perjudicar a su candidatura, pero también para generar el escándalo, insinuar irregularidades (con supuestas papeletas en la mano y lo que hizo Páez al exhibir papeles que no son actas) y, por supuesto, favorecer a su candidato, como sí demuestran videos de ciudadanos que han visto sus votos cambiados en determinadas juntas.

Por responsabilidad política, pública y legal, Guillermo Lasso y su aparato mediático deben decirle al país, con pruebas en la mano, si lo que hicieron fue forjar un estado de incertidumbre y desconcierto para ocultar lo que en realidad su millonario y multitudinario “aparato de control electoral” preparó desde hace cinco años y que entre el 18 y 20 de febrero se activó de manera eficiente, pero nada ética. (O)

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