La libertad de prensa no es libertad de presión
La organización Freedom House (FH) ha vuelto por sus fueros: valorar la libertad de prensa bajo parámetros absolutamente tendenciosos y sin considerar la realidad, particularmente de los países de América Latina. Todo lo hace desde una óptica occidentalista y extremadamente capitalista.
Para esta entidad, países como Inglaterra o Francia -en donde hay regulaciones para la prensa-, tienen absoluta libertad y cuentan con su beneplácito. No así naciones como Ecuador o Venezuela.
Entre sus argumentos para señalar la ausencia de libertad de prensa está: atacar periodistas, impedir su trabajo, censurar el contenido, despedir a periodistas por motivos políticos. ¿Eso ocurre en Ecuador? ¿Gremios como la UNP o diarios como La Hora podrán defender en sus panfletos o portadas esa realidad como la prueba de sus aportes a los informes de FH?
Ninguna de esas entidades ni los medios que reproducen esas supuestas investigaciones podrán legitimarlas con hechos comprobados. Si lo hacen, comprometen su propia credibilidad. Es muy difícil explicar cómo se publica un documento cargado de datos falsos, de investigaciones espurias y con un enorme enfoque ideológico.
Ecuador es testigo de qué ocurre con los medios nacionales, en particular con algunos privados y comerciales: son aparatos de presión política con agendas corporativas. Y si creen que tienen derecho, que se declaren actores políticos, y no víctimas de una supuesta falta de libertad de prensa, como proclama FH.