Durante el correísmo el Consejo Nacional Electoral (CNE) gastó $ 545 millones en siete procesos electorales, que incluyeron cuatro consultas populares por $ 102 millones.

En 2007 y 2008 se convocó al pueblo para elegir una Asamblea Constituyente y un referendo aprobatorio para la nueva Constitución. En 2009 se adelantaron las presidenciales y se unificaron con las seccionales.

En 2011 se convocó a las urnas para consultar 10 preguntas sobre el cambio del sistema judicial, Ley de Comunicación y temas relacionados a la afiliación a la Seguridad Social y espectáculos con animales.

En los comicios seccionales de 2014, el CNE aprobó un presupuesto de $ 137,3 millones, $ 20 millones más que en las generales de 2013. Esto se debió, en parte, al aumento de costos como el experimento de voto electrónico en Santo Domingo, que costó $5,6 millones y no se aplicó más.

Más allá de la cifra del gasto durante los 10 años del régimen anterior, el CNE sirvió para consolidar la presencia del movimiento del expresidente Rafael Correa, Alianza PAIS (AP). “Esta función electoral no estuvo al servicio del Estado sino del gobierno”, puntualizó el analista Alfredo Espinosa.

En este sentido, la eficiencia no miraba consolidar la democracia, pues esta se rompía cuando se presentaba el Estado como candidato que en 2013 captó también el Legislativo con 100 asambleístas electos de AP de 137.

Con la mirada en estos errores, el presupuesto electoral ahora deberá apuntar a mejorar la calidad de la democracia para que permita tener certezas y credibilidad a través de acciones eficientes.

Por eso el objetivo es reducir el costo de las elecciones por votante, lo “que no hubo en tiempo de Correa”, aseveró Espinosa. Pero al momento, el ente electoral estudia una proforma de $ 145,2 millones para los comicios de 2021.

Esto es 61% más que los comicios seccionales de 2019, a los que se presentaron 82 mil candidatos en las diferentes dignidades de 278 movimientos políticos.

El consejero Luis Verdesoto consideró que se puede disminuir el presupuesto considerablemente, pues, “hay segmentos con gastos superfluos”. Afirmó que en 2019 hubo despilfarro de recursos en comunicación en el CNE.

Actualmente, 36 personas trabajan en la Coordinación de Comunicación, en la sede nacional, y al menos dos personas en tareas de comunicación por cada provincia. Pero se asignaron sustanciosos contratos de campañas comunicacionales y “para el año 2020 han presentado al menos 2 millones para comunicación sin sustentos”, aseguró.

De igual manera, el vicepresidente del CNE, Enrique Pita, opinó que se debe sacar del estimado las cantidades para compra de tecnología, ya que las computadoras que posee la entidad pueden actualizarse. En este apartado hay un cálculo de $ 11,9 millones para reemplazar el sistema informático.

La presidenta del organismo, Diana Atamaint, en cambio cree en la necesidad de incluir este rubro en el presupuesto, que podría aprobarse esta semana junto al calendario electoral. (I)