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Punto de vista
El futuro está cambiando por el envejecimiento
Estamos presenciando uno de los cambios más impactantes tanto a nivel demográfico como de los estilos de vida de los adultos mayores.
Este momento de transformación nos empuja a comprender los nuevos escenarios sociales que marcan un gran cambio en nuestra cultura. En las sociedades industrializadas el destino es envejecer de tal modo que hacia el año 2020 los mayores constituirán el 30% de la población en países como Alemania y Japón (este último ya ha alcanzado una perspectiva de vida de 83 años para las mujeres). Esta tendencia que muestran los países del primer mundo, empieza a extenderse en los países latinoamericanos de una manera menos gradual que lo que sucedió en estos países.
Según las Naciones Unidas, una sociedad está envejecida cuando la población mayor de 60 años para los países en desarrollo y 65 para los países desarrollados, representa más del 7% del total. Algunos países latinoamericanos muestran niveles de envejecimiento avanzado, tales como Argentina, Cuba, Costa Rica, Chile y Uruguay. Pero el desafío de pensar los cambios debe considerar que a la extensión en la cantidad de años debemos agregar esta gran revolución de fines del siglo XX: la transformación de valores y roles que comenzaron a promover una nueva actitud frente a la vida de los adultos mayores.
Hoy podemos ver que esta etapa, que abarca varias décadas, brinda a su vez la chance de vivirla de una manera original. La longevidad ha hecho que, el espacio vital reservado a los mayores asuma dimensiones de una segunda etapa en la vida. Esta extensión lleva indudablemente a que los adultos mayores deban repensar y redefinir nuevos objetivos en su vida, vocaciones u oportunidades.
Los resultados que ya se obtienen son sorprendentes y, pensados a futuro, impredecibles.