Estudio realizado en argentina muestra similitudes con realidad de los adultos mayores de ecuador
El envejecimiento con personas de la misma edad crea mayor felicidad
¿Solos o en compañía, cómo se envejece mejor? Hace poco se publicó un estudio que señaló a Ecuador como uno de los países de mayor disfrute de la felicidad. No mencionó los grupos de edades más felices, en especial los adultos mayores.
El Observatorio de la Deuda Social de Argentina acaba de publicar una investigación que se centró en el bienestar de las personas de mayor edad. Su resultado, a pesar de ser otra cultura, permite conocer ciertas similitudes con lo que sucede en Ecuador.
Los adultos mayores que viven con personas de la misma edad envejecen felices. Después de los sesenta años, vivir entre pares sería, junto al nivel socioeconómico y la salud, uno de los factores que más inciden en la percepción de la propia felicidad. Así lo advierte la investigación del Observatorio de la Deuda Social.
El 84,6% de los argentinos mayores de 60 años se considera una persona feliz, lo que no es un dato menor si se tiene en cuenta que cerca del 80% de ellos vive con la jubilación mínima.
“Mi concubina”, bromea Mabel (73 años) abrazando a Lucy (71), tras reconocer que el suyo es “un matrimonio feliz”. Compinches de toda la vida, ambas comparten un departamento vecino a la plaza Moreno desde que hace tres años la primera de ellas quedó viuda y la otra se dio cuenta de que se sentía mejor con su amiga que en la casa de su hijo, donde “cada vez tenía menos lugar”.
El suyo no es por cierto un caso extraño: los hogares unigeneracionales constituyen un modelo que no solo ha venido creciendo notablemente en Argentina a lo largo de las últimas décadas sino que, según revela un nuevo estudio, constituye además una de las claves de la felicidad al envejecer.
Impulsado por la Universidad Católica y la Fundación Navarro Viola, el estudio traza un perfil sobre cómo viven los mayores de 60, un segmento demográfico que abarca ya seis millones de personas y es uno de los que más ha crecido en el país. Y en ese contexto muestra que el grado de autosatisfacción con la propia vida -contra lo que suelen creer muchos jóvenes- no sufre gran mella al llegar a esa edad.
El 84,6% de los argentinos mayores de 60 años se considera feliz, lo que no es un dato menor si se tiene en cuenta que cerca del 80% de ellos vive con la jubilación mínima, un 20% reside en hogares con rasgos de inseguridad alimentaria y uno de cada cuatro reconoce sufrir una enfermedad grave o tener serios problemas de salud.
Más allá de achaques y del hecho de que “la plata nunca alcanza”, Mabel y Lucy -como gran parte de los 2 millones de mayores que conviven entre pares- sienten que su elección les genera mucho bienestar. “Los nietos son lo mejor de la vida, pero en su propia casa -comentan ellas con una sonrisa”. (I)