la localidad se encuentra en chimborazo a más de 3.100 metros de altura
Agua y energía eléctrica, lujos en la comuna Pishillig Hugsuquis
Alausí-Chimborazo.-
La vida entera de Pishillig Hugsuquis, ubicada a 3.100 metros sobre el nivel de mar, gira en torno a la agricultura. Sus habitantes solo tienen un feriado y este precisamente es cuando ‘agradecen’ por la cosecha una vez al año. La festividad la realizan en el centro de la parroquia Tixán. Elías Chale, presidente de la comunidad, cuenta que el agradecimiento milenario se hace con o sin buena cosecha.
Pishillig vive gracias a los cultivos en sus 92 hectáreas y es la comuna más antigua de la parroquia Tixán, ubicada en Chimborazo. Hace 27 años el lugar se dividió en 4 comunidades por diferencias entre sus habitantes, según cuentan los pobladores actuales.
En los alrededores de Hugsuquis se hallan Pishillig San Francisco, Pishillig Yacupungo y Pishillig Yanayacu, esta última comunidad tiene mayor número de pobladores, con alrededor de 960 personas. Hugsuquis, en tanto, llega a 146 ciudadanos; 45 jefes de hogar.
El nombre de Pishillig, a decir de Chale, proviene de sus antepasados; mientras Hugsuquis es en referencia a la cosecha de la tierra.
Cultivos de cebada, chocho, papa y habas abundan en las praderas de color verde. En la última década, los comuneros comenzaron a invertir en el ganado para comercializar leche. Además, unos pocos conservan alpacas, llamas y vicuñas.
Victoria Armas obtiene dinero extra de la venta del lácteo, pero no le resulta sustentable ya que los compradores le pagan apenas 33 centavos el litro. “A diario llego a vender entre 3 y 5 litros de leche”, comentó Victoria, con más de 65 años, quien es miembro de la directiva en la comunidad de Hugsuquis.
Chale también cuenta cómo es su jornada laboral de lunes a sábado. Aquí los 45 jefes de hogar no tienen horario definido y cada cual maneja su propia parcela. El cultivo se ha dificultado con el tiempo, debido a al erosión y al pobre acceso de agua potable.
Los pobladores cuentan que hace 6 o 7 años le pagaron al dueño de una hacienda cerca de $ 5.000. Por este espacio pasa una vertiente de agua y el sujeto les indicó que ‘él era el dueño del líquido’. Con el pago lograron que el recurso llegue a través de tuberías a sus casas. Esa misma agua no la utilizan para regar sus cultivos, porque temen que haya escasez. Además recién hace unos 5 años consiguieron energía eléctrica, y antes usaban candelabros con keroseno o diésel.
Leonidas Arias es otro de los comuneros que se esperanza en las aguas lluvias para que la tierra le dé alrededor de 300 kilos de cebada en el verano. “Los sacos grandes de 140 libras los vendemos a $ 18, con eso y la venta de papas mantengo el hogar, donde somos 6”, señala.
Pero Arias, al igual que otros jefes de hogar, asegura que la tierra en Hugsuquis no ha sido curada más de 50 años. De tanto cultivar, la fertilidad se ha perdido.
Por esta situación, Chale reúne firmas para pedir al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) que haga un estudio a las 92 hectáreas de terreno. “A inicios de año nos ofrecieron semillas, pero comentamos el problema de las tierras. Ahora, estamos a la espera de que vean cuál es el problema”, acota.
El pasado enero también asumió las funciones como jefa de Desarrollo Social del Municipio en Alausí, Rosario Bravo, quien es de la comunidad Pishillig Yacupungo. Ella tratará de agilitar el pedido de sus vecinos de Hugsuquis.
Para el vicepresidente de la comunidad, Julio Lemache, la vida en Hugsuquis es tranquila.
Pero a pesar de eso, cuenta, sus familiares han emigrado para buscar un mejor futuro. Julio dice que con sus 3 cabezas de ganado y cultivo de chocho y haba le alcanza con lo justo para mantener a su familia; eso porque aprendió a trabajar bien la tierra tal y como le enseñó su abuelo.
“Aprendí a trabajar la tierra gracias a lo que mi abuelo le transmitió a mi padre y él a mí”, comenta Lemache, quien lo que más desea es que sus vástagos migren a Quito, Guayaquil o Cuenca para que busquen una mejor vida. “Si existe alguna oportunidad de ir al exterior, bienvenido sea para uno de mis hijos”, acota.
La escuela en Hugsuquis desde hace 2 años no funciona. El Ministerio de Educación mandó a los estudiantes de la comunidad a la parroquia Tixán. Algunos niños salieron sorteados a la escuela Jaime Roldós A., ubicada en la vecina comunidad de Yanayacu, otros, en cambio, caminan más de una hora a Tixán.
“Dos de mis hijos van a la de Yanayacu, a 15 minutos a pie, pero los otros 2 se van a Tixán, donde tengo que darles todos los días para el pasaje”, señala María Carmen Buñey.
Así como esta madre se queja por la travesía que sus hijos hacen para estudiar; hay muchas personas que piden más atención en servicios básicos y educación en un lugar donde la tierra es su único sustento. (I)
DATOS
Hasta el año 2013 Pishillig Hugsuquis recibía parte del presupuesto participativo ($ 11.080) que daba el Municipio de Alausí para apoyar a las comunidades.
Antes de que se dividan Pishillig Hugsuquis, San Francisco, Yacupungo y Yanayacu había una sola comunidad llamada Pishillig.
El único servicio básico que tienen es energía eléctrica. No cuentan con internet ni conocen la televisión pagada (por cable).
La escuela de su comunidad funcionó solo hasta 2013. Los estudiantes fueron sorteados a planteles de Yanayacu y Tixán. (I)