Padre del soldado Shalit agradece liberación de su hijo
Noam Shalit, padre del soldado israelí liberado este martes por el movimiento islamista Hamás, agradeció a nombre de su hijo a todos aquellos que hicieron posible su vuelta a casa y afirmó esta tarde que el cautiverio de su hijo fue "difícil al principio pero las condiciones fueron mejorando en los últimos años".
"No ha contado mucho aún, le hemos escuchado, y en términos generales cuenta que al principio fue difícil pero las condiciones fueron mejorando en los últimos años", afirmó el progenitor en su primera comparecencia ante los medios de comunicación tras la liberación de su hijo Guilad.
A las puertas del domicilio familiar de Mitzpé Hilá, en el norte de Israel, y frente a cientos de activistas que ayudaron en la campaña para liberarlo, Shalit explicó que Guilad estuvo cautivo en un "agujero" y que "pudo oír la radio y ver televisión aunque con limitaciones", ya que "sólo le permitían las cadenas árabes".
Sobre su estado de salud después de cinco años y medio de cautiverio, indicó que "sufre heridas leves que arrastra por la falta de tratamiento apropiado, heridas de esquirlas, y las consecuencias de la falta de luz del sol".
El soldado, de 25 años, fue capturado en junio de 2006 en una incursión de tres grupos armados palestinos al puesto militar de observación en el que estaba destinado cerca de la frontera con Gaza, ataque en el que murieron otros dos soldados israelíes y él resultó herido.
Hoy, tras ser liberado en un canje con Hamás por el que Israel ha dejado en libertad a 477 presos palestinos, Guilad pasó una revisión médica en la que se le detectaron secuelas leves y debilidad en general.
"Guilad ha regresado a casa después de una lucha larga y cansina, después de una lucha contra molinos de viento, pero a final de cuentas hemos conseguido devolverlo a casa", afirmó su padre.
"Empezamos ahora un proceso de rehabilitación con la ayuda de médicos del Ejército que esperamos que sea corto, y le permita volver a la vida normal rápidamente", agregó.
El soldado, que llegó a Israel a primera hora de la mañana, vio por primera vez a sus padres en la base aérea de Tel Nof, a la que fue trasladado tras ser entregado a Egipto en el paso de Rafah.
Pero sólo por tarde fue trasladado a la residencia familiar en el norte de Israel, donde a lo largo de la jornada se concentraron miles de israelíes.
"Guilad está contento de estar en casa (..) pero por haber estado aislado tantos días y años le es difícil ahora exponerse a tanta gente", aseveró su padre, que describió su regreso "como verlo nacer de nuevo".