Ante la multiplicación de atentados palestinos, cada vez más israelíes deciden armarse. La nueva ola de violencia causó desde el 1 de octubre 7 muertos israelíes y unos 30  palestinos, entre ellos varios autores de atentados cometidos, sobre todo, con armas blancas.

Ayer varios vehículos se estacionaron en doble o triple fila frente a una de las principales armerías de Tel Aviv. Uno de los clientes se fue con un paquete de balas en el bolsillo de su cazadora. No se molestó ni en quitarse el casco de la moto o interrumpir su conversación telefónica para encargar y pagar las municiones.

Las armas de fuego de los modelos Smith & Wesson, Glock y Jericho (una marca israelí) que cuestan entre 2.000 y 4.000 shekels (entre $ 400 y $ 800) son las más solicitadas, explica el gerente de esta empresa familiar, Iftash Ben Yehuda.

El ministro de Seguridad de Israel, Gilad Erdan, aprobó el martes varias medidas para facilitar los permisos a la ciudadanía para portar armas, mientras la policía y el ejército intentan poner fin a la escalada de violencia palestina.

“En las últimas semanas varios ciudadanos ayudaron a las fuerzas de seguridad a controlar a las personas que llevan adelante los ataques. Los ciudadanos entrenados en el uso de armas multiplican la fuerza de la policía en la lucha contra el terror y por eso voy a tomar medidas para suavizar las restricciones”, dijo el funcionario israelí.

De acuerdo a estos cambios, las autoridades municipales podrán aprobar la portación de armas en determinadas circunstancias.

Como ejemplo, el ministro habló sobre el permiso otorgado a los maestros de escuelas en la zona de Haredi, una de las comunidades más vulnerables. (I)

El ejército se despliega en Jerusalén

El ejército israelí empezó ayer a desplegar cientos de soldados en ciudades israelíes, especialmente en Jerusalén, para asistir a la policía ante los apuñalamientos y balaceras de palestinos contra civiles y soldados israelíes, que han sembrado el pánico en todo el país.

Esta es la primera medida tomada por el gabinete de seguridad israelí, que también ordenó a la policía acordonar zonas donde se produzcan fricciones o provocaciones. (I)