La seguridad informática en la era pos-Snowden
Nuestro rastro en Internet no se borra. Cada vez que navegamos por el ciberespacio dejamos huellas sin estar conscientes de ello. Quizá, si no existieran los famosos cookies, (programas que envían al navegador un pequeño archivo que identifica a los usuarios) sería más sencillo mantener nuestro anonimato en la Red. A través de los cookies, las páginas web que los cibernautas visitan a diario pueden almacenar las preferencias del usuario e incluso determinar, de una manera sencilla, su comportamiento en la Red.
Los cookies no son los únicos responsables de ‘espiar’ nuestra vida en la red, en realidad, hay muchos otros servicios que pueden ser utilizados por intrusos para obtener información sensible de los usuarios. Uno de ellos son los sistemas que funcionan en la ‘nube’, el nombre que se dio al almacenamiento masivo de datos en servidores (computadoras) que alojan información del usuario. Estos servicios de almacenamiento son cada vez más populares, porque permiten a los cibernautas acceder a su información desde cualquier lugar y desde cualquier dispositivo electrónico. Aunque las ventajas de este servicio son indiscutibles, también conlleva riesgos, porque hay empresas interesadas en acceder a información almacenada en la nube.
El mismo Edward Snowden, exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estado Unidos, alertó, el año pasado, sobre los peligros de confiar en estos servicios, en particular, en el sistema Dropbox de la compañía Google. Snowden, en realidad, lo consideró como un sitio hostil para la privacidad por su relación directa con PRISM, un programa de vigilancia electrónica a cargo de la Agencia de Seguridad de Estados Unidos. Las afirmaciones de este exagente obligaron a muchas empresas a mejorar su seguridad, pero aún queda mucho por hacer. A principios de septiembre de este año, Patrick Gelsinger, alto ejecutivo de una empresa de seguridad, indicó que hoy vivimos en la era pos-Snowden, porque cada vez hay más organizaciones que enfocan sus esfuerzos a mejorar sus sistemas de encriptación de datos.
De alguna manera, tras las declaraciones de Snowden creció la conciencia de que la comunicación por medio de Internet no es segura en ningún lado y que al querer compartir un archivo es crucial encriptarlo. Este tema es tan importante que hay muchas compañías que apoyan la iniciativa Encrypt all the things (Encriptar todas las cosas) que busca promocionar y divulgar las ventajas del cifrado de datos entre los cibernautas para estar a salvo de posibles programas de espionaje. Uno de los programas más recomendados para el envío de datos se denomina Pretty Good Privacy, que fue el único a través del cual Snowden estaba dispuesto a transferir información sensible.
También se ha creado un teléfono celular cuyo nombre es Blackphone para protegerse de los espías. También se destaca Cryptocat, por ejemplo, es una extensión gratuita de Google Chrome que permite tener conversaciones encriptadas en pocos minutos y simples pasos. Basta con instalarla en el navegador, abrir un chat con un código y que el receptor ingrese esa misma contraseña para poder enviar archivos comprimidos e imágenes. Entre las herramientas poco accesibles al ciberespionaje, se destaca la red TOR, que está diseñada para hacer que la actividades en Internet sean anónimas. Además, fue concebida para ocultar su identidad y proteger sus actividades en línea de muchas formas de vigilancia en Internet. TOR también puede usarse para evitar los filtros de Internet. Para Snowden no existe una herramienta 100% segura, pero al menos esta y otras ayudan a mantenernos a salvo de los intrusos.
Asegurados
La mensajería instantánea y los SMS son medios poco confiables. Un estudio realizado en Estados Unidos por la empresa de seguridad Pew, reveló que “el 68% se siente inseguro utilizando el chat o mensajes instantáneos para compartir información privada”.
De la misma manera que protegemos nuestros bienes materiales para evitar que estos sean robados, ¿por qué razón no debemos hacer lo mismo con nuestra información?
La información tiene un valor y, en muchos casos, puede usarse con fines ilícitos que corrompen los datos de los usuarios.
Hay sociedades como la estadounidense o la alemana que son más susceptibles a aspectos relacionados con la privacidad.