La tipografía es el elemento principal de un texto. En los programas de diseño hay un banco de fuentes que pueden usarse para elaborar algún trabajo. Existen miles, tantas, que para seleccionar una tipografía es necesario analizar la forma, el tamaño, la condición comercial y el tipo de publicación que se diseñará. Es muy complicado seleccionar la adecuada, incluso hay especialistas para este trabajo: personas que se dedican a inventar fuentes especiales para algún producto.

En un periódico, por lo general, se trabaja con una tipografía base que tiene algunas variantes del tipo de letra: regular, bold, black, condensada. Esas variantes permiten diseñar con la misma tipografía, pero de diferentes proporciones, así se unifica el estilo del diario.

En la Edad Media se hacían a mano los libros. Creció el número de lectores y los copistas no podían con tanta demanda hasta que en 1445 Gutenberg inventó la imprenta. La tipografía utilizada era gótica y se grababa sobre plomo. En la Revolución Industrial se empezaron a empapelar las ciudades con carteles y una tipografía grande e impactante.

 Al inventarse los periódicos, la imprenta también implementó su forma de producir y se adaptó al mercado. En la década del 80 se empiezan a digitalizar las tipografías y se convierten en una herramienta para millones de usuarios. 

En la era digital, las personas ya no leen impresos, hay tabletas que simulan la lectura en papel y el usuario migra a lo digital. Ahora, las opciones tipográficas nacen de alguna aplicación, incluso para crear una página web personal. En ese caso, se tiene la opción de elegir el estilo de la letra, el color, el tamaño; todo viene listo para seleccionar y aplicar. Actualmente estamos en una etapa de comunicación automatizada, en la cual una sola persona puede resolver desde la elaboración del texto hasta el diseño final.

Hoy, con el exceso de lo digital, aún existe la posibilidad de conseguir trabajos especiales hechos a mano. En el mercado se ofrecen servicios de lettering, es decir de dibujar letras a mano, o letras no escritas, utilizando marcadores especiales, acuarela, tiza, pluma, rotulador, que simulan a un pincel. Con este estilo, que no es nuevo sino desde el inicio de la escritura, se producen encargos personalizados, cuya principal gráfica es la letra. Seleccionar el estilo adecuado para una publicación requiere de conocimiento sobre diseño. Depende de la lectura el estilo tipográfico que se escoja.  

Una tipografía elegante le da sobriedad al trabajo; un estilo gótico de letra hace ilegible el texto; una tipografía informal quita elegancia a una publicación, por ello es necesario conocer cómo seleccionar el estilo de letra adecuada para definir la calidad del diseño porque una mala elección puede tirar a la basura meses de trabajo. (F)