Los medios de comunicación viven un proceso de reinvención hoy en día. Con esa premisa, el catedrático y crítico de televisión colombiano Omar Rincón abordó el panel ‘Medios públicos y nuevos escenarios tecnomediáticos en Latinoamérica’, realizado en el marco del Congreso Internacional Comunicación e Integración Latinoamericana desde y para el Sur, en Ciespal, la tarde del pasado miércoles 22 de julio.

“Hay que asumir que la comunicación es, ante todo, entretenimiento en el sentido de que debe emocionar: si lo que digo no emociona, la gente pasa de mí”, sostuvo Rincón en una entrevista con el periodista ecuatoriano Marco Antonio Bravo que la agencia de noticias Andes difundió en su portal web.

“Lo segundo es que tenemos que contar historias para que el televidente o vidente de la web pueda quedar más feliz”, prosiguió el autor del libro Narrativas mediáticas (O cómo se cuenta la sociedad del entretenimiento) para, luego, concluir que “(los medios) tenemos que comenzar a innovar en formatos populares, que sepan a lo nuestro” y puso como ejemplo el relato de la gastronomía: “si usted se va a comer un buen locro no va a mostrar un queso cortado perfectamente sino uno como el que hace la mamita.

No copiemos lo extranjero ni hagamos lo que hace la CNN u otros, busquemos los formatos que nacen de nuestra identidad y así vamos a poder ser mejores comunicadores”.

Para Rincón, es importante que lo local se vea más que lo internacional porque lo primero genera reconocimiento, algo que, según estudios a los que aludió el colombiano, buscan las audiencias. El ‘reconocimiento’ es una identificación cultural del ciudadano con los contenidos que recibe y con los que interactúa.

“Si ponemos a la serie Breaking Bad, considerada la mejor del mundo, junto a una producción local en Ecuador, el 80% de gente se quedará con lo segundo. Aparte de dónde somos, tenemos que ver cómo somos en el espejo”, explicó.

El congreso se dio en el marco del X Aniversario de Telesur y con la participación de medios como Ecuador Tv, el cual ha tenido un despunte en la sintonía de contenidos infantiles en comparación con otras frecuencias audiovisuales.

“La televisión pública -sobre todo, pero toda televisión hoy-, la tv popular debería comenzar a poner a los ciudadanos en pantalla, eso sería la gran revolución”, enfatizó Omar Rincón y matizó: “se trata de que la ciudadanía no sean los televidentes sino quienes están en pantalla, una ciudadanía celebrity: celebremos el ego de cada persona para que se sienta importante en su comunidad” y soltó una broma como las que pueblan su discurso crítico ya reconocible entre los maestros de la comunicación latinoamericana: “los feos también tenemos derecho a la televisión, ¡por qué tienen que aparecer solo los bonitos!”, sonrió.

La idea, muy difundida durante la segunda mitad del siglo XX en Latinoamérica, de que la libertad de expresión pertenecía a los medios privados y que los públicos se dedicaban a tratar los contenidos educativos y culturales se terminó con la reducción de lo público. La representación de otros intereses es la premisa de Rincón para la tv hoy. (I)