Retornados: de agentes económicos a generadores de conocimiento
Retornados: de agentes económicos a generadores de conocimiento
El Ecuador es un país marcado por la migración y aquí se desarrollan dinámicas complejas que son estudiadas por el Grupo de Investigación sobre Migraciones Internacionales y Globalización de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Uno de los fenómenos recientes, recogido en el estudio ‘La política de retorno en el Ecuador: del actor económico a la circulación de cerebros’, de María Isabel Moncayo, es el cambio en la mirada del Estado hacia los retornados —como Moncayo denomina a los ecuatorianos que migraron y están regresando—. Inicialmente, se los veía como agentes económicos con capacidad de emprender mientras que hoy son vistos como los ‘cerebros’ que pueden aportar desde su profesión y especialización.
Muchos ecuatorianos emigraron tras la crisis de 1999, ¿qué ocurre hoy?
El Ecuador era un país emisor de migrantes, pero los flujos han cambiado y ahora también es un país que recibe migrantes de distintos países, quienes vienen en busca de mejores oportunidades atraídos por la economía dolarizada o porque necesitan protección internacional en el caso de los refugiados. Además, tenemos un nuevo flujo relacionado con los ecuatorianos que están regresando. Podríamos decir que en el Ecuador tenemos un laboratorio para estudiar las migraciones porque tenemos realidades complejas que ocurren al mismo tiempo.
¿Cuál es la política del Gobierno hacia los migrantes? Usted evidencia tensiones, ¿por qué?
El Ecuador ha planteado una política de fronteras abiertas, ha hecho campañas diciendo: ‘Todos somos migrantes’, ‘nadie es ilegal’, pero al abrir las fronteras el país se enfrenta a un flujo de migrantes. Cuando se abren las fronteras hay consecuencias y el Estado tiene que asumir las responsabilidades y debe ser consecuente con ese discurso. Hay algunas tensiones que se han dado. Por ejemplo, el hotel Hernán (en Quito) es un centro donde se ubica a personas que están en situación irregular. Entonces, por un lado la política migratoria dice: ‘Todos somos migrantes, los migrantes no son criminales’ y, sin embargo, no pueden salir de ese lugar.
¿Para los migrantes ecuatorianos cuál es la política de retorno?
La política del actual Gobierno plantea convocar a los migrantes a que regresen al Ecuador para que ayuden a reconstruir el país. Hay una primera etapa que surge en 2008 con el plan Bienvenidos a Casa, que combina una política para fortalecer los vínculos con los ecuatorianos en el exterior con otra que busca promover el retorno de personas que tienen ciertas capacidades y ciertos recursos económicos para que inviertan en el país. Veo que se mira al retornado como un agente económico, un potencial actor que va a apoyar el desarrollo del país. El programa llamado El Cucayo, que se ejecutó entre 2008 y 2012, consistía en un fondo semilla para que el migrante haga una inversión aquí. El Estado le daba un 20% en fondos no reembolsables y el migrante tenía que poner el otro 80% para establecer un negocio productivo. Los beneficiados de este programa fueron pocos en comparación con el número de personas que está regresando. Se generaron 400 y pico emprendimientos que son nada comparados con los 70 mil migrantes que sabemos volvieron hasta 2010. Y es poco el número de ecuatorianos que ha retornado frente a la cantidad de migrantes que hay afuera, aunque en los últimos 4 años, el número de retornados ha aumentado. El retorno hay que verlo como un goteo, a diferencia de cuando los migrantes se fueron debido a la crisis económica y se habló de una ‘estampida migratoria’ porque salieron miles de miles.
"Antes se veía al migrante ecuatoriano como un agente económico ahora se lo ve como un potencial generador de conocimientos".
"La realidad de los retornados es muy compleja y es difícil caracterizarlos. Por eso también esulta complicado diseñar una política pública porque las realidades son diversas".
El Cucayo terminó en 2012, ¿cómo evalúa su impacto?
De quienes accedieron al programa El Cucayo algunos salieron adelante con su negocio con inversiones pequeñas. A algunos les sirvió para tener una actividad económica y mantener a su familia. El tema es que el objetivo más amplio de ese proyecto era no solo generar empleo para el migrante y su familia, sino crear puestos de trabajo para la comunidad. La idea era mejorar la economía a través de ese programa y eso no se logró. La magnitud del proyecto no fue tan grande.
¿Cómo caracterizaría a los migrantes que regresaron?
La realidad de los retornados es muy compleja y es difícil caracterizarlos. Por eso también resulta complicado diseñar una política pública porque son diversas realidades.
¿Qué programas hay ahora para quienes quieren regresar?
El Cucayo se terminó. En 2011 empezó una segunda etapa con el proyecto Prometeo y se produjo un giro en la mirada del retornado por parte del Estado ecuatoriano. Si antes lo veía como un agente económico ahora lo ve como un potencial generador de conocimiento, por eso hablo de una transición. Prometeo y otros programas se están ejecutando y buscan recuperar migrantes calificados. Eso tiene relación con el objetivo a largo plazo del actual Gobierno de cambiar nuestra matriz productiva hacia una sociedad del conocimiento, y generar valor agregado, para eso se necesita tener recursos humanos calificados. Es importante decir que esa política está favoreciendo a un grupo que ya tenía ciertos recursos y deja de lado a personas que tienen menos capacidades profesionales, financieras; es decir, a la gran mayoría de migrantes que no tiene esas características.
¿Qué otros programas está ejecutando el Gobierno y cuáles han sido los resultados?
El Ecuador quiere recuperar migrantes calificados y tiene varios programas que son muy interesantes. Es una respuesta válida del Estado ecuatoriano para generar desarrollo, porque sabemos que la única forma de que la economía cambie es con capital humano calificado. Con el programa Prometeo vienen ecuatorianos y extranjeros por un período de entre 2 meses y 1 año, a universidades, instituciones públicas y centros de investigación. Hasta mayo de 2014, del 100% de ‘prometeos’ que han venido apenas el 8,6% es ecuatoriano. También tenemos el programa Ecuador Saludable Vuelvo por Ti, del Ministerio de Salud, que busca atraer a profesionales de la salud ecuatorianos para que ocupen las plazas que se han creado. Este programa se está aplicando desde julio de 2012. Hasta mayo de 2014 tenemos 868 profesionales de la salud que ya se han vinculado al plan y otros 120 están por hacerlo. El 89% es ecuatoriano. Hay otro programa, el Plan Retorno Educación, que responde a una propuesta de los propios migrantes. Una primera experiencia arrancó en enero de 2013. En España se inscribieron 800 aspirantes, el 50% rindió las pruebas requeridas. De esos 400, apenas 42 alcanzaron el puntaje requerido y de ellos, solo 25 presentaron la documentación necesaria y participaron en el concurso de méritos y oposición. Solo 12 ganaron y de ellos, solo 10 aceptaron. Esas personas no estaban en las mismas condiciones que los ecuatorianos de aquí. Las pruebas deberían tomar en cuenta esa diferencia. Las autoridades les dicen: ‘Vengan hay 20 mil plazas de trabajo para ustedes’, pero son los 20 mil Ph.D. que se necesitan para las universidades, se crea mucha expectativa. La gente quiere regresar y a veces regresa sin saber cuál es la realidad y se topa con dificultades. Hay que tomar en cuenta que la mayor parte de nuestros migrantes no son calificados.