Logros y desafíos de la economía ecuatoriana
Si efectuamos un balance general de los últimos seis años en base a los principales indicadores que componen la economía ecuatoriana, se evidencia que hay resultados positivos: el crecimiento real de la economía en 2011 alcanzó el 7,8%, tres puntos más en relación a 2006 (antes de la crisis internacional) que fue del 4,8%. Esa tasa de crecimiento permitió que el país se ubique como la tercera mejor economía en crecer a nivel de América Latina, siendo superada por Panamá y Argentina, que registraron una expansión de sus economías de 10,6% y 9% respectivamente.
Ya para el primer trimestre de 2012, la economía creció un 4,8%, siendo el sector no petrolero el que alcanzó un mayor incremento con 6,9%, mientras que el petrolero fue del 2,5%. Esto quiere decir que la economía ecuatoriana está transitando hacia un modelo de desarrollo sustentado en la diversificación productiva. Según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), el país cerrará este año con un crecimiento del 5,4%, debido a la positiva dinámica en el sector de la construcción, la estabilidad en el precio del petróleo y el incremento de la inversión pública en los sectores estratégicos. Cabe destacar que estos resultados están acompañados de una mejor política de redistribución de la riqueza, pues la extrema pobreza se ubicó en 9,4% en julio de 2012. En cuanto a la situación del mercado laboral, las cifras de desempleo y subempleo han disminuido, ubicándose en 4,1% y 53,3% respectivamente en septiembre, mientras que la tasa de ocupación plena creció junto a una mejora en la calidad del empleo.
Por otra parte, el actual régimen implementó un proyecto de transformación de la matriz productiva orientada a producir más, pero de manera sostenida (y sustentable social y ambientalmente), potenciando las capacidades productivas del país y optimizando las herramientas con las que cuentan las industrias locales para dinamizar y ampliar su mercado.
Mientras que el mayor logro en el sector comercial externo fue ingresar a mercados como Asia, Europa Oriental y Medio Oriente con la diversificación de la canasta exportable: alimentos procesados, flores, textiles, madera, etc. Asimismo, otro de los propósitos ha sido cambiar la matriz energética por una menos contaminante.
Hace 6 años se usaba el 10% de diesel para energía termoeléctrica, pero ahora representa apenas el 2%. En 2006, el 46% de la energía que abastecía al país era hidroeléctrica y actualmente representa el 65%, con la intención de que hasta 2016 sea del 93%. Estos resultados evidencian que la inversión en sectores estratégicos está garantizando el cambio de la matriz energética, donde constan: hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones y agua, ascendiendo la inversión a 4.362 millones de dólares en lo que va del año.
Los resultados en el frente económico son positivos y alentadores, sin embargo, aún falta profundizar los cambios sobre las viejas estructuras de poder económico que dificultan la transición hacia un modelo de desarrollo sustentado en el Buen Vivir .