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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La cultura no es un elemento aislado de la economía

La creación y la producción cultural y artística han jugado un papel esencial en la conformación de la identidad nacional en los Estados contemporáneos. Además, han apuntado sus esfuerzos a la construcción de las bases de la cohesión social, han propiciado elementos para reflexionar sobre los dispositivos, como el de la ciudadanía, que componen una nación y el carácter distintivo de cada cultura. Estos elementos integradores de la cultura y constitutivos de la condición básica de ciudadanía, han sido reconocidos en las últimas décadas -cada vez con mayor fuerza- en el contexto de la emergencia de los derechos culturales, de las políticas
interculturales y de los movimientos mundiales que defienden la diversidad cultural. Esto, como una respuesta de la ciudadanía a los agresivos procesos de colonización y globalización sociocultural.

El campo de la cultura ecuatoriana, en los últimos años, ha presentado tres momentos de ruptura que determinan un nuevo sentido en la generación de políticas públicas, en los debates que se tejen en los estudios culturales y en la formulación de nuevas propuestas políticas: primero, que a través de la Constitución de 2008 se crea el Sistema Nacional de Cultura el cual tiene como finalidad proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales e incentivar la libre creación artística y la producción, difusión, distribución y disfrute de bienes y servicios culturales, además de salvaguardar la memoria social y el patrimonio cultural. Segundo, se establece un nuevo Estado intercultural y plurinacional que reconoce la heterogeneidad de las culturas en Ecuador.

Como tercer momento de ruptura, existe una creciente producción de bienes  servicios culturales que han logrado posicionarse con fuerza en la cotidianidad de la gente. Por,ejemplo, hasta diciembre del anterior año, 120.000 DVD originales de películas ecuatorianas han circulado en todo el territorio nacional, sin contar con la producción de cortometrajes, documentales y otros tipos de proyectos audiovisuales, lo cual ha dinamizado el mercado laboral.

Por otra parte, en el campo de la literatura, la última Feria Internacional del Libro, realizada en Quito en 2012, evidenció la emergencia de nuevas editoriales independientes ajenas a la tradicional lógica de mercado de distribución comercia. Aquello evidenció la emergencia de una nueva industria editorial que requiere ser atendida con prioridad. En este sentido, el aporte de la cultura a la economía es innegable. Sin embargo, no se han generado adecuadas condiciones de posibilidad para la consolidación de una industria cultural nacional que sea sostenible.

En el mundo, dichas industrias aportan al Producto Interno Bruto (PIB) con más del 7%; en el caso de EE.UU. la incidencia es del 11%, en Argentina es más del 4% y en Colombia aproximadamente representa el 3%. En Ecuador, se ha calculado preliminarmente que el aporte está entre el 1,6% sin contar el ámbito de la circulación informal de los bienes culturales. Aún queda una tarea desde la política pública por cumplir.

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